A mediados de los 80 los colombianos estaban acostumbrados a ver novelas costumbristas e historias de amor. Pero en 1986 Jiménez y Humar rompieron el molde.

Los cuervos es una serie de suspenso que cuenta la historia de Fausto y Alicia Olmedo. Tras el suicidio de su padre Adrián, los hermanos son enviados a vivir con sus tías: Dolores, Narcisa y Sara Olmedo. La primera es una fanática religiosa que vive expiando sus culpas a través de la oración y el castigo físico; la segunda, una solterona obsesionada con su belleza, y Sara Olmedo es una mujer rica, casada con el ministro Fernando Cadena, un hombre influyente en la escena política del país.

La serie no enganchaba a los televidentes enamorándolos de una historia de amor que por momentos parecería imposible. “Mire que en los 45 primeros capítulos no hubo siquiera un beso. Precisamente ése factor fue la que la hizo tan sui generis,” cuenta Humar en entrevista con Señal Colombia en septiembre de 2017.

Jiménez y Humar sedujeron a los colombianos a punta de manejar a la perfección el hilo narrativo de la historia –pausarla o acelerarla para acentuar el suspenso y la incertidumbre– y demostrando un profundo conocimiento de la psicología del televidente.

Imagen de despedida de Hassam a Alí Humar | Foto: Imagen tomada de la cuenta en Instagram: oficialhassam

En la entrevista con Señal Colombia, Humar explicó con ejemplos cómo lograban lo uno y lo otro.

Para profundizar en cómo Jiménez jugaba con la psicología del público, contó que en “alguna ocasión, muy al principio de la serie, hubo un asesinato en el hogar geriátrico que funcionaba en Casaloma. Para crear un mayor suspenso, el cuchillo homicida fue encontrado en la buhardilla de Fausto, poniéndolo como principal sospechoso del crimen. Fausto es incluso encarcelado por algunos capítulos, pero cuando ya va a ser condenado, alguien aparece milagrosamente y confiesa que él ha sido el homicida. Cuando yo leí ese capítulo, le pregunté a Julio por qué entonces había aparecido el cuchillo asesino en la buhardilla de Fausto, y él me respondió: lo del cuchillo pasó hace 6 semanas. ¿Usted cree que hay alguien que se acuerde de eso? La gente está feliz de ver que Fausto es inocente, eso es lo que hay que mostrarles.“

Y mientras Jiménez movía las piezas de la historia para mantener al televidente pegado a la pantalla, dudando de cómo iba a continuar la historia, Humar echaba mano de algunos trucos que solían usarse en los proyectos cinematográficos norteamericanos para que el público sintiera la tensión en la piel.

“Si el libreto decía que Fausto salía de la casa, se montaba en el carro y arrancaba veloz. Lo que se hacía normalmente en esa época, era poner una cámara frente a la casa, ver salir a Fausto, montarse en el carro y arrancar veloz. Punto. Eso era lo que decía el libreto y eso era lo que se mostraba. Nuestro aporte estuvo en que además de ese plano general donde veíamos a Fausto salir de la casa y salir veloz en el carro, le agregamos algunos planos extras, como ver la mano cuando inserta la llave para encender el vehículo y ver luego en un primer plano el rechinar de la llanta en la gravilla al arrancar... y planitos así. De modo que cuando el televidente veía la escena, sentía como si estuviera viendo una película gringa.”

Esa manera de contar la historia le permitió al debutante director jugar con la atención del público, contarles sobre los detalles que debían tener en cuenta, y manejar los tiempos narrativos de la historia: pausarla, adelantarla, retrocederla e ir trenzando las escenas a su gusto. Era la primera vez que se hacía algo así en televisión colombiana.

Otra innovación de Humar fue invitar a personalidades colombianas a que aparecieran en capítulos de Los cuervos. “Eso de tener como actriz invitada por un capítulo a un personaje como Pilar Castaño, surgió de que yo veía que en algunas series gringas cuando eran muy exitosas, llevaban como invitados a grandes figuras de la vida nacional. Podía ser Mohamed Ali o un político famoso y lo ponían en una o dos escenitas. Eso enloquecía a la gente y yo traté de hacer lo mismo. Hubo una fiesta en Casa Loma para anunciar el compromiso entre Sara Olmedo (Teresa Gutiérrez) y Asdrúbal Valente (Julio Medina) y para esa fiesta invité a algunos amigos míos. Si ahora ven que la serie se está pasando nuevamente, van a poder encontrar a Juan Gossaín, Julio Sánchez Cristo o Yamid Amat entre los invitados,” contó Humar.

El último capítulo de la icónica serie –protagonizada por Armando Gutiérrez, Celmira Luzardo, Teresa Gutiérrez, Delfina Guido y Consuelo Luzardo– se transmitió el 15 de diciembre de 1986. La televisión colombiana nunca volvió a ser igual. Por eso hoy el país recuerda con cariño y admiración al recientemente fallecido Humar.

Aquí el primer capítulo de Los cuervos: