El foro ‘Mujeres colombianas: mujeres que inspiran’ busca reconocer el liderazgo político, cultural, económico y social que, a pesar de las adversidades, están consiguiendo las mujeres en el país. Para ello, puso el foco en datos contundentes. Mencionó que el ‘Global Gender Gap Report‘ de la Organización Internacional del Trabajo alertó sobre como, de no implementar acciones proactivas en pos de la equidad de género, la brecha salarial se cerrará solamente en 100 años y la brecha de paridad en posiciones de liderazgo desaparecerá en 150 años. También compartió que, de acuerdo con la última investigación de Mujeres directivas, realizada por Grant Thornton International, las mujeres ocuparon en 2018 apenas el 29 por ciento de los cargos de liderazgo senior en el mundo. En ese marco, el panel ‘Mujeres líderes, auténticas y transformadoras’ convocó a tres mujeres que han impulsado, desde sus emprendimientos, importantes procesos de transformación social y cultural: Johana Bahamón, emprendedora social y actriz; Adriana Lucía, cantautora y empresaria, y María López, presidenta del Grupo Semana y fundadora del Festival Detonante. La conversación, conducida por el periodista y caricaturista Vladdo, exploró la forma como cada una de ellas ha asumido como mujer el desarrollo y liderazgo de plataformas de cambio social.
Por siete años ya, Bahamón viene trabajando de la mano de mujeres privadas de la libertad a través de la fundación que dirige, la Fundación Acción Interna, con la cual opera, entre otros proyectos, un restaurante dentro de la cárcel de San Diego en Cartagena. El intercambio vital con esas mujeres en las cárceles, dijo, ha cambiado su manera de ver el mundo por la forma como ellas le han abierto su corazón: “Yo soy la agradecida con las personas privadas de la libertad porque son ellas las que han cambiado mi vida”. La motivación principal de su trabajo ha venido de dignificar las condiciones vida de esas personas que la sociedad ha dejado de lado: “Uno puede estar privado de su libertad, pero uno no puede estar privado de su dignidad”. Por su parte, López asumió un desafío distinto: tomó las riendas del grupo editorial fundado por su padre, Felipe López, en uno de los momentos más retadores y críticos para los medios de comunicación en el mundo. “Como decía Spiderman: a mayores privilegios, mayor responsabilidad”, explicó. “Tenemos una responsabilidad con este país. En este momento histórico debemos agarrar las riendas de Colombia y construir el país del futuro”. Con ese impulso en mente, la actual presidenta del Grupo Semana aseguró que su trabajo está encaminado a darle la vuelta a las narrativas de violencia, alimentadas desde el periodismo y las telenovelas, que han permeado las formas de contar el país hacia adentro y hacia afuera. “Seguimos contándonos la misma historia de país una y otra vez: seguimos hablando del mismo malo del barrio, seguimos enalteciendo una cultura subyacente muy nutrida y muy desarrollada por la lógica de la guerra”. Su motor, afirmó, es formar nuevos líderes positivos, hacer visibles a los ‘héroes ocultos‘ de Colombia. “Asumo este reto como asumen las mujeres el liderazgo: con coraje”.
Adriana Lucía, que ha dedicado buena parte de su carrera musical al robustecimiento y exaltación de las tradiciones musicales y culturales de su tierra, El Carito (corregimiento del municipio de Lorica, en Córdoba), cuestionó con contundencia los imaginarios que dominan la imagen de las mujeres del campo. “A diferencia de lo que asume la gente, mi formación artística la hice en El Carito. Y, aunque amo Bogotá, mis sueños nacieron allá”. Su trabajo como músico y como artista quiere reivindicar la potencia creativa de las mujeres en los pueblos colombianos y descentralizar esas narrativas: “Nuestra historia nace en los pueblos. La hecatombe y el desconocimiento que vivimos en Colombia se debe a no conocer los pueblos, a creer que todo nace, se forma y muere en Bogotá”. La música, la producción cultural y sus funciones de construcción de comunidad fueron puntos fundamentales de la conversación. Para Adriana Lucía, hay que quebrar la idea popularizada de que la música es un puro divertimento. “La música no es entretenimiento, la música es la vida de los pueblos. Los pueblos transmiten sus historias con la música, las comunidades más afectadas del país se han sanado con cantos”. López, que ha trabajado de la mano de líderes territoriales del Chocó en el Festival Detonante, la plataforma de transformación social que dirige, reconoció también lo fundamental que resulta algo como una canción para construir sociedad: “No hay nada que nos mueva más que una linda canción; la música tiene un efecto democratizante”.
Al final, concluyeron, ser mujeres ha sido un factor a la vez retador y diferencial en sus trayectorias. Adriana Lucía reclamó por la falta de mujeres en ciertas labores de la industria musical, como ingenieras de sonido; Bahamón exaltó lo directas y honestas que son las mujeres privadas de la libertad en contraste con los hombres, y López reclamó por la falta de mujeres en posiciones directivas y capaces de generar políticas públicas. “Solo el 20 por ciento de los cargos directivos son ocupados por mujeres y en los parlamentos pasa igual. No estamos representadas de manera equitativa en la mesa”, dijo. “Sin la visión femenina se queda corta la política pública de un país. Tenemos que ser partícipes del 50 por ciento de la toma de decisiones. Queremos el 50 por ciento del poder”. Los llamados finales fueron tres: dejar el miedo y ver los errores como oportunidades, apropiarse de las heridas propias y recorrer los territorios. Con un grupo de mujeres emprendedoras chocoanas como ejemplo, López lo aterrizó de forma contundente: “Cuando uno invierte en una mujer emprendedora el impacto económico es 80 veces más poderoso”. Bahamón reconoció que “las mujeres privadas de la libertad me han hecho creer en las segundas oportunidades”. Así, la conclusión de Adriana Lucía, entre sentidos aplausos, fue clara: “Amen sus cicatrices”. Vea la conversación completa abajo: