Fue la anatomía de una confirmación y de un dominio, esta noche de premios Óscar. La historia sobre el creador de la bomba atómica y las duras consecuencias en su vida, Oppenheimer, dominó casi todas las categorías importantes, exceptuando las dos categorías femeninas de actuación.
La 96 entrega de los codiciados premios tuvo sorpresas, especialmente en categorías secundarias, pero ante todo confirmó la onda atómica que se esperaba: el favoritismo de Christopher Nolan y de su taquillero blockbuster, que se llevó siete estatuillas y solo vio a Barbie recaudar más dinero a nivel global. El director británico recibió su primer Óscar a Mejor dirección de manos de nada menos que Steven Spielberg.
Ya no habitamos la era de ganadores absolutos que arrasan con todos los triunfos, pero esta entrega se acercó bastante. Oppenheimer se tomó la noche de a pocos. La cinta, épica, de más de tres horas, coronó al fin Nolan, le significó a su protagonista Cillian Murphy el premio a Mejor actor y a sus productores (Nolan, su mujer Emma Thomas y Charles Roven.) el premio a Mejor película, después de un anticlimático anuncio de parte de Al Pacino.
Pero también se llevó reconocimientos a Mejor actor de reparto, Mejor edición, Mejor cinematografía (¡al fin ganó el sueco-holandés Hoyte van Hoytema!), y Mejor banda sonora, el segundo premio para Ludwig Göransson, quien ya había ganado por Black Panther.
Nolan, emocionado, agradeció primero a su equipo, a su reparto, a los autores del libro que inspiró la película. Sumó a quienes creyeron en él y a Emma Thomas, “productora de cuatro de nuestras películas y de todos nuestros hijos”. Fue ella, Thomas, quien recibió el premio a Mejor película. Aceptó haber soñado con ese momento por años, agradeció a Nolan por ser único y original, y, como varios más durante la noche, enfatizó en el hecho de que el cine es un arte de colaboración. También agradeció a los teatros que muestran estas películas y a sus hijos.
Por su parte, al recibir su Óscar, Cillian Murphy sonrió incrédulo, y en su acento irlandés agradeció este viaje y los muchos que han tomado con Nolan. Representó a su país y dedicó el premio a aquellos que buscan la paz en el mundo que habitamos, uno violento y armado que “de una u otra forma es el mundo de Oppenheimer”.
La dominación total se quebró únicamente con el premio a Mejor actriz de reparto, que recibó Da’Vine Joy Randolph y por el premio a Mejor actriz, que recibió la talentosa Emma Stone, por su increíble rol de Bella Baxter. Nerviosa, con su vestido roto en la parte de atrás, con lágrimas y con la voz ronca, Stone reclamó el triunfo por todo el equipo de Pobres criaturas y por su director Yorgos Lanthimos, a quien le agradeció “el viaje de una vida”. Stone ganó su primer Óscar en 2017 por su papel como una incipiente actriz que busca su camino en Hollywood en el musical La La Land, junto a Ryan Gosling.
La entrega se desarrolló durante tres horas y media, en el corazón de la industria, en la intersección de Hollywood y Highland, donde se ubica el Teatro Dolby, que recibió la ceremonia una hora antes de lo que acostumbra. La decisión es bienvenida en este país, para reducir en una medida el trasnoche innecesario de domingo.
Política y actualidad, más bien poco...
A pocas cuadras del teatro, como lo registró el director español Alex de la Iglesia en sus redes, hubo protestas de gente que condenaba lo que sucede ininterrumpidamente en Gaza. En términos políticos y sociales, la noche tuvo un tímido espacio para los temas duros de actualidad, pero lo hubo.
En el premio a Mejor documental se abordó la invasión de Putin, al premiar a 20 días en Mariupol, el primer Óscar para Ucrania, que se encadena con el ganador del año pasado, Navalny. Su director dijo que, aunque feliz, hubiera preferido no hacer esta película. Añadió que cambiaría su triunfo por que no hubieran muerto tantos de sus compatriotas y le habló “a toda esa gente talentosa” sobre la importancia de transmitir lo que sucede, para que no se olvide lo que pasa, para que los caídos no sean sacrificados en vano.
Además, en la victoria de Zona de Interés a Mejor película extranjera, su director Jonathan Glazer habló del elefante en la sala: mencionó que su película se debe ver desde el prisma de lo que sucede hoy en Gaza. Habló valientemente de lo que sucede, el único en traerlo al frente, y mencionó a todas las víctimas, de ambos lados, que se saben exponencialmente desiguales pero cuyas pérdidas son igualmente devastadoras. La película también ganó, merecidamente, a Mejor diseño de sonido, uno de sus elementos narrativos fundamentales.
Sí, varios actores, actrices y cantantes usaron un pin rojo para expresarse contra la situación en Gaza, pero Glazer fue el único que lo mencionó en su discurso, antes millones de telespectadores.
Por último, en una nota más local, se puede mencionar que el presentador Jimmy Kimmel leyó en vivo una reacción en tiempo real de Donald Trump a la entrega de premios, hecho del cual puede leer los pormenores en este portal.
Dinámicas y sorpresas
Ante todo, fue una noche de alegrías, y las hubo muchas y muy genuinas. Estas vinieron especialmente atadas a las sorpresas, y esta noche dejó varias.
La primera de la noche vino por cuenta de Messi, el perro que se roba el show en Anatomía de una caída y que se pensaba no viajaría a la ceremonia, porque las inseguridades de los actores de cine los hace temer que un perro les robe la atención. Y a veces tienen razón.
La segunda sorpresa vino por cuenta del triunfo a guion adaptado, para Cord Jefferson por American Fiction (puede verla en Prime Video), basada en la novela Erasure de Percival Everett. El discurso de Jefferson fue un agradecimiento y una plegaria a la industria, a darle más oportunidades a gente que, como él, no tenía experiencia pero sí algo que contar. Pidió que, quizá, en vez de gastar 200 millones en una película, se piense en hacer veinte películas de diez millones, para que así surja el nuevo Scorsese...
Otras victorias inesperadas pero muy merecidas vinieron para la otra triunfadora de la noche, Pobres criaturas. Antes de que Stone se llevara el premio (y dejara a Los asesinos de la luna en blanco), la victoria a Mejor maquillaje y Mejor diseño de producción parecían marcarla como esa excelente película que se queda solo con los premios técnicos, un lugar reservado para las películas de Christopher Nolan, en muchas de estas ceremonias en el pasado. Pero luego se llevó merecidamente el premio a Mejor Vestuario y claro, a Mejor actriz, para sumar cuatro galardones en total y quedarse con el “segundo lugar” de la noche. Nada mal para la genial, irreverente e importante obra del griego.
Aciertos a repetir
El mayor acierto de la noche fue el de llevar a cinco ganadores de los premios de actuación para hablar de los nominados y de sus papeles. Así los destacaron en algo más que que solo su nombre. De paso, esa decisión sirvió para recordar a grandes nombres que han ganado y que han hecho de estos premios y de las películas que celebran algo relevante de presenciar.
Por esa decisión se vio a Michelle Yeoh hablando de la enorme Sandra Hüller, a Sally Field elevando a Emma Stone; a Jennifer Lawrence subrayando lo importante del rol de Lily Gladstone, a Charlize Theron reverenciando a Annette Benning y a Jessica Lange anotando el crucial papel de Carey Mulligan. También se presenció a Brendan Fraser resaltando el camino de Jeffrey Wright y su rol, a Nicholas Cage aplaudiendo a Paul Giamatti y a su preparación con mucho humor, a Matthew McConaughey describiendo a Bradley Cooper, a Ben Kingsley agradeciendo a Cillian Murphy y a Forest Whitaker reseñando lo que hizo del rol de Colman Domingo algo transformador.
Y en lo que a actores de reparto se refiere, Ke Huy Quan, Sam Rockwell, Tim Robbins, Christoph Waltz y Mahershala Ali presentaron el premio que ganó Robert Downey Jr.. Como el rockstar que es, Downey Jr. elevó sus brazos al aire. Agradeció a su terrible infancia, a la Academia, a su esposa, que lo rescató, y confesó con humildad que “necesitaba este rol más de lo que el rol me necesitaba a mí”.
Jamie Lee Curtis, Mary Steenburgen, Rita Moreno, Lupita Nyong’o y Regina King presentaron por su parte a las actrices de reparto, y el premio que ganó Da’Vine Joy Randolph (quien usó en su papel las gafas de su abuela) y entregó un discurso sentido (cortado parcialmente por fallas de transmisión).
En últimas, esa sumatoria de estrellas le dio más tracción y emoción a los premios y no debe ser flor de una ceremonia.
Noche japonesa
La noche tuvo un tinte japonés con triunfos para Hayao Miyazaki por El niño y la garza, como Mejor película animada y con el galardón a Mejores efectos visuales para Godzilla Minus One (que ojalá se estrene en el país). Sus creadores que subieron emocionados con sus muñecos a escala de Godzilla, leyeron en Inglés, que parecía imposible, pero se hicieron entender. Aseguraron sentirse como Rocky Balboa, al ser nominados. Muy nervioso y feliz, el director agradeció a la Academia. “Todos tenemos oportunidad! Lo hicimos! Arigato!”, se escuchó
Miyazaki no viajó a recibir su premio, y tampoco apareció Geraldine Fernández, pero quizá vimos alguno de los 25.000 cuadros que animó en su propia fantasía.
‘Cringe’, reducido
El monólogo de apertura de Jimmy Kimmel tocó muchos de los temas necesarios, la huelga, los actores y más temas, y usualmente dio en el blanco, si bien algunos chistes pecaron de demasiado tontos. Y cuando se enfocó mucho tiempo en Robert Downey Jr. con comentarios levemente pesados sobre su pasado con las sustancias, este supo sugerirle que siguiera adelante con su rutina (y lo dejara en paz).
Más allá de Kimmel, se hace necesario revisar las dinámicas entre presentadores, que suelen ser la definición misma del cringe, esa incomodidad ajena tan prevaleciente en estos premios (y en la mayoría, para ser sinceros), y que fue relativamente baja en esta entrega. Y eso está bien.
La peor interacción de la noche corrió por cuenta de Melissa McCarthy y de Octavia Spencer, la primera, de la noche. Afortunadamente, las cosas mejoraron desde ahí, con parejas que tenían o una historia previa o una dinámica interesante. Michael Keaton y Catherine O’Hara dejaron una química genial (actuaron junto en Beetlejuice, que estrena segunda parte este año). El dueto que representó a ‘Barbenheimer’, Emily Blunt (Kitty Oppenheimer) y Ryan Gosling (Ken, de Barbie), se molestaron, se lanzaron puyas, y lo hicieron genial, honrando a los dobles de acción con gracia y sumando algo de bienvenido caos.
Arnold Schwarzenegger y Danny DeVito ofrecieron una reunión de la película Twins, así como una reunión de villanos de Batman. El humor brotó entre estos veteranos y Michael Keaton les jugó en el chiste. Por su parte, Issa Rae y Ramy Youssef hicieron un favor a todos los espectadores al entregar un premio rápida y graciosamente (a Wes Anderson, que no fue). A este grupo de presentadores se sumó también John Mulaney, a quien le permitieron hacer un sólido minuto de lo que sabe hacer: stand up.
En lo que a momentos que se vuelven postal se refiere, John Cena presentó el premio a Mejor vestuario en dupla con Kimmel, y lo hizo casi desnudo. El chiste funcionó por el premio que presentaron y por la forma inesperada y casi de caricatura en la que lo entregaron .
Predicciones al tablero
¿Cómo le fue a Semana en sus predicciones? De once predicciones, falló en el premio a Mejor guion adaptado y en el premio a Mejor actriz (que igual estaba dividido en 50/50, porque Lily Gladstone era tan merecedora del premio como Emma Stone). Nueve aciertos de once predicciones, nada mal.
Ránking musical de la noche
Billie Eilish y Finneas entregaron “What Was I Made For”, de Barbie. La voz de la múltiple ganadora de Grammy, que es casi un susurro, voló sobre el piano de su hermano y llave musical Finneas. El arreglo de piano y cuerdas dejó una grata simplicidad con una bienvenida carga emocional.
La nación Osage rompió con lo tradicional e hizo su ronda musical espiritual, entera, con sus percusiones y sus voces unidas, recordando esa escena hacia el cierre de Asesinos de la Luna que pone la piel de gallina. De lejos, la mejor de la noche.
Jon Batiste interpretó “It Never Went Away” de la película Maestro, en quizá la más blanda de las entregas musicales.
Becky G interpretó “The Fire Inside”, canción compuesta por Diane Warren para la película Flamin’ Hot, con algo del sabor latino de la historia que cuenta, dirigida por Eva Longoria. Nada mal, pero nada memorable.
Mark Ronson y Ryan Gosling interpretaron “I am Ken”, de Barbie. Gosling empezó cantando al oído de Margot Robbie, el corazón de la película, y luego aterrizó en una elaborada coreografía de machos con sombrero en escena, que replicó las coreografías que entregó la película en sus números musicales. A su buen canto, de paso, sumó a Slash, guitarrista de Guns’n’Roses. El segundo número de la noche en términos de diversión.
El premio a mejor canción lo entregaron Cynthia Erivo y Ariana Grande, y lo ganaron Billie Eilish y Finneas, quienes ya habían triunfado por su canción para No Time to Die, del 007. En nuestro ránking, la nación osage ganó de sobra el premio a mejor interpretación. Por su parte, discurso de Eilish fue fresco, acorde a su talento y a su irreverente juventud. Con esta victoria, Eilish se convirtió en la más joven ganadora de dos Óscares en la historia.
In Memoriam recargado
Este año. este segmento se sintió especialmente elaborado, pues contó con el italiano Andrea Boccelli cantando su más famosa tonada, y a un joven cantante lírico que lo acompañó con altura. Con ese fondo de música clásica, se le rindió homenaje a grandes nombres de actuación fallecidos como Alan Arkin, Julian Sands, Andre Braugher, Tom Wilkinson, Jane Birkin, Paul Reubens, Ryan O’Neal y a notables compositores como Ryūichi Sakamoto.
Por último, se incluyó a Matthew Perry, a Richard Lewis, a Lee Sun-kyun, a Carl Weathers, a Wlliam Friedkin, y a Tina Turner, entre muchos más. ¿Quién se quedó por fuera además del enorme Akira Toriyama? Internet pronto lo dirá.
Más Óscares
No olvide seguir todo el cubrimiento de Semana.com de esta entrega 96 de los Óscar, con artículos enfocados en la Mejor actriz y el Mejor actor, en la película ganadora, en la película extranjera que se esperaba que ganara pero no lo hizo, en la Mejor película de animación, en las curiosidades que dejó la noche y, claro, en los looks más llamativos de la ceremonia.