Es 3 de febrero y en un pequeño rincón de la popular “nevera” de Colombia se mueven las caderas y se escucha el guapirreo de los cumbiamberos al son de la flauta de millo. “¡Que sepa toda esta comarca carnavalera instalada en la nevera que el carnaval de barranquilla, hoy por hoy, el mejor carnaval del mundo no lo disfruta cualquiera!”, es el primer artículo que lee Sofía Chaves, reina del Carnaval de Barranquilla en Bogotá en la lectura de su bando.
En este, dispone, ordena y manda a todos los habitantes de la ciudad a disfrutar el carnaval. No en el sol de la arenosa ni en la Vía 40, sino a 2.600 metros sobre el nivel del mar, a celebrar hasta que el cuerpo aguante, pero hasta que la lluvia y el frío no los espante.
Desde hace 44 años se celebra el carnaval de Barranquilla en Bogotá. Dos semanas antes de esta festividad en su ciudad original, la capital del país cambia las chaquetas por boleros y los guantes por velones. La bufanda es reemplazada por una corbata de marimonda y las lentejuelas se sobreponen a los tonos neutros que suelen verse en aquellos abrigos largos. Los pies se calientan con el compás de un mapalé y de un chandé. Aquí también se celebra, como ordena la reina del carnaval de Barranquilla 2023: “¡Como es!” Con lectura de bando, guacherna y moviendo las polleras con desfiles por la ciudad.
“Yo soy una embajadora de esta fiesta en la capital. Quiero que la gente aquí en la capital también viva el carnaval y lo disfruten y sientan esa alegría que se siente en el carnaval. Que las personas que no pueden ir a Barranquilla lo puedan vivir aquí en la capital. Y que puedan ver todo lo tradicional de este lindo patrimonio que tenemos en el país”, dice Sofía Chaves.
Aunque su acento pausado indica que es cachaca, sus movimientos de cadera bailando puya, su ritmo favorito, comprueban que lleva sangre currambera, la de su madre, quien la crio ensayando en la escuela de Julie de Donado y danzando en comparsas desde los 4 años, creciendo entre la cultura barranquillera y la de Bogotá.
“Yo recuerdo que al inicio le decía a mi mamá: ¡no, estas niñas bailan divino! Yo no puedo. Y ella me decía: ¡tú sí puedes! Y entonces me acompañó al día siguiente y me empujó para seguir bailando. Y desde entonces he bailado en 11 comparsas, que me ha encantado, porque a través del baile descubrí cosas de mí que no sabía. Me abrí más en el tema de expresión corporal y expresión verbal”, cuenta Sofía.
“¡Demos inicio, pero con aplauso y gozo barranquillero a la revista musical de Sofía Chaves! Bienvenidos y aplausos porque el que lo vive es quien lo goza!”, dice el presentador Jorge Alfredo Vargas, invitando a todos los asistentes a que presten atención a su soberana. La joven lleva con orgullo la banda desde el 1 de diciembre de 2022, cuando Natalia De Castro González, reina del Carnaval de Barranquilla, la nombró soberana de esta festividad con embajada en Bogotá.
Antes de esta conmemoración del carnaval de Barranquilla en Bogotá, Sofía llevó la tradición de este patrimonio inmaterial de la humanidad al sur del país, en Pasto. Su viaje cumplió el mismo propósito de su papel en Bogotá: que todos conozcan, vivan y gocen del carnaval.
“Estuvimos con la señorita Colombia en el desfile del 4 de enero. Y la señorita Colombia es de Barranquilla también. Entonces fue una alianza muy bonita en el que dos mujeres representando a Barranquilla llegaron a Pasto, mostrando que podemos hacer un intercambio cultural en cualquier fiesta a la que lleguemos de nuestro país. El carnaval de Barranquilla y el de negros y blancos, ambos son patrimonio cultural. Y llegar a ese intercambio cultural es algo que no había pasado nunca. O sea, Barranquilla nunca había llegado a Pasto. Entonces fue algo fascinante. Mostrarle a los nariñenses, invitarlos al carnaval de Barranquilla”, apunta Chaves.
“Faroles de luceros girando entre la noche. La brisa es un derroche, de sones cumbiamberos” suena en la tarima, mientras aparece Sofía junto al rey Momo Alonso Quintero. Su vestido, con un faldón tipo reina europea, ocupa gran espacio de la tarima y es el protagonista de la puesta en escena. Es recamado en Swarovski y murano. Y sus 65 plumas de Avestruz destacan en su espalda y se tambalean mientras ella mueve los hombros al son de la canción de la Guacherna. “La guacherna, la guacherna, la guacherna en carnaval”
Edith Ulloque, reina del Carnaval de Barranquilla en 1961, es tía de Sofía. Como en muchas familias curramberas la tradición pasa de generación en generación. Aunque en el 2018 Sofía había recibido la propuesta de ser soberana, sus estudios de ciencias políticas en Washington pospusieron su sueño de reinar en Bogotá. El lema de su reinado hace honor a su historia familiar y a la historia del carnaval.
“Lo llamé “color y tradición” porque primero que todo, al ser sobrina de una reina del carnaval de Barranquilla, quise traer otra vez toda la tradición del original del carnaval de Barranquilla. Este año el carnaval cumple 20 años de haber sido declarado patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco. Se está celebrando algo muy importante. Entonces quería traer toda la tradición. Ahora se ve que al carnaval han llegado nuevos ritmos como la champeta, el reguetón, entre otros ritmos más modernos. Pero es lindo mostrar en la capital lo que es la tradición, porque mostrar la cultura es mostrar más allá que una fiesta. Lo que yo pretendo hacer es una tarea pedagógica de enseñarle a las personas en el resto del país, por qué el carnaval de Barranquilla fue declarado patrimonio. ¿Y cómo se enseña eso? A través de lo original, a través de la tradición”.
Mientras muchos duermen, hay quienes lo viven y lo gozan. Bogotá se convierte en un pre-carnaval, un homenaje a la tradición y un homenaje a las reminiscencias de quienes están lejos de su ciudad natal. Es media noche y en Bogotá muchos curramberos, junto a otros amantes de esta festividad, gritan azotando baldosa, pero con nostalgia, una de las canciones típicas del carnaval: ¡En Barranquilla me quedo!