Título original: Gräns País: Suecia Año: 2018 Director: Ali Abbasi Guion: Ali Abbasi, Isabella Eklöf, John Ajvide Lindqvist (basado en un cuento de John Ajvide Lindqvist) Actores: Eva Melander y Eero Milonoff Duración: 110 min Calificación: 3½ estrellas
El personaje central de esta película es Tina (Eva Melander), una mujer extrañísima, con la nariz bulbosa, los dientes grises y protuberantes, y los ojos hundidos y adormilados, gracias a un maquillaje tan diestramente aplicado que no lo parece. No es del todo un monstruo, pero sí tiene algo monstruoso, y las primeras imágenes la muestran en su trabajo: es una inspectora de aduanas sueca con un olfato extraordinario (no metafórico, sino literal), capaz de localizar emociones como miedo, vergüenza y rabia en el olor de la gente que pasa con sus morrales y maletas frente a ella, y que, gracias a ese superpoder, descubre a un traficante de pornografía infantil. Está basada en un cuento de John Ajvide Lindqvist, quien también escribió la novela en la que se basa Déjame entrar, esa memorable película de vampiros de 2008. Acá se da un ejercicio parecido de tomar una figura mítica y aterrizarla en el contexto contemporáneo, solo que en vez de vampiros se trata de criaturas del folclore nórdico. El tono del filme es tan extraño como su protagonista: hay algo de humor negrísimo, algo grotesco y algo de horror, aglomerado debido al aire frío y distante con el que se registra todo y que permite que el contraste de estas sensaciones se refuerce sin que se cancelen entre sí.
La película va delineando la vida desapacible de esta mujer: su padre está en un asilo y sufre de problemas de memoria, ella vive en una casa en medio de un bosque con un tipo que cría perros que le ladran incesantemente. Es un retrato melancólico de una mujer que parece desligada de las actividades humanas que la rodean, redimida únicamente por su trabajo policial y por caminatas en la naturaleza, en las que animales silvestres se le acercan para que los acaricie con dulzura. Su compostura comienza a tambalear cuando frente a su puesto de aduanas pasa Vore (Eero Milonoff), un tipo que tiene los mismos ojos hundidos que ella y los mismos dientes grises, y en quien huele algo extraño, aunque al requisarlo no encuentra nada. Pero hay algo en él, en su seguridad y sonrisa desafiante, que la intriga. El encuentro entre los dos es el punto de partida para que el filme se haga preguntas sobre la identidad, sobre las posibles relaciones entre distintas clases de seres y sobre el precio del aislamiento de esta mujer, que se siente –y se ve– tan distinta a todos quienes la rodean.
“Cuando era niña, creía que era especial. Pero luego crecí y me di cuenta de que solo era un ser humano. Un humano feo y extraño con un defecto cromosómico”, le explica a Vore, que encuentra en esa rareza algo valioso que ella no puede ver. Diestramente contada, con una dosificación cuidadosa de drama y tensión, de ternura y furia, esta segunda película del director Ali Abbasi es una muestra muy exitosa de cómo es posible aprovechar y revitalizar elementos de mitologías milenarias para entender mejor nuestro presente. Estreno: diciembre 12.
CARTELERA DE CINE
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La costurera de sueños - 3 estrellas La relación entre un arquitecto y la joven que le hace oficios domésticos revela las tensiones sociales de la India contemporánea.