El pintor invita a los asistentes a vivir esta muestra como “un museo imaginario de Botero” porque agrupa su obra como nunca y porque detrás están su hija Lina y la curadora Cristina Carrillo de Albornoz.

El montaje, en el CentroCentro de Madrid, enaltece el recorrido de 67 de sus obras, y con colores en las paredes marca el tono de las siete secciones que la componen: América Latina, el tema central de su carrera; las Versiones que realiza a partir de obras maestras de la historia del arte; las Naturalezas muertas, uno de sus géneros favoritos; la Religión, La corrida, el Circo y, por último, Acuarelas sobre lienzo, que ha generado muy alto interés, pues se enfoca en su obra reciente. El maestro Fernando Botero vuelve a una técnica que conoce, pero a diferencia de las acuarelas que pintó al comenzar su carrera, plasma estas en un gran formato y sobre lienzo. Así, tratándolas como frescos (una técnica que estudió en sus años de aprendizaje en Italia entre 1953 y 1956), rompe con el cánon habitual.

'Dos hermanas', 2019 - Acuarela sobre lienzo.

Según el texto introductorio, la muestra “explora las fuertes convicciones y principios del artista, que se manifiestan en su coherencia de estilo, así como las influencias que han marcado su trayectoria, desde el Quattrocento italiano al bodegón holandés; o desde Velázquez, Goya y Durero a los muralistas mexicanos”. A la vez, ofrece una nueva visión de la obra y suscita reflexiones alrededor del estilo que ha hecho del maestro una figura reconocida en todos los rincones del planeta. Se nota la manera en la que exalta el volumen, la opulencia en sus formas y en sus intenciones, su uso del color y sus composiciones serenas. Carrillo de Albornoz lo llama “un nuevo lenguaje radicalmente singular, inventado por el maestro Botero, con el que no solo ha enriquecido sino revolucionado el arte moderno”.

El baño, 1989 - Óleo sobre lienzo.

En el diario La Vanguardia, Fernando Ruiz resalta las palabras de Lina Botero al hablar de la huella que dejó Madrid en Botero, desde 1952, año de su primera visita. Si bien vivió tiempos de penurias económicas, el entonces estudiante de Arte (y ganador del segundo puesto del IX Salón Nacional de Artistas) entró en contacto con los museos como el Prado, sus obras y los grandes maestros, y nada fue igual. Como añade Ruiz, ese impacto aún se siente y se transmite en una muestra que regala “una alegría para la vista en estos tiempos tristones y nada fáciles para el arte”.

La calle, 2000 - Óleo sobre lienzo.

La cuadrilla, 2012 - Óleo sobre lienzo.

Naranjas, 2008 - Óleo sobre lienzo.

Fornarina según Rafael, 2008 - Óleo sobre lienzo.

El baño del Vaticano, 2006 - Óleo sobre lienzo.