Esta semana, cuando en Colombia y el mundo se estrene Francotirador, su protagonista, Bradley Cooper, estará en el escenario de un teatro de Broadway, en Nueva York, interpretando El hombre elefante.  El actor norteamericano pasa por su momento estelar. No solo protagoniza simultáneamente la escena de Broadway y la gran pantalla, sino las portadas de revistas del espectáculo (según People es el hombre más sexy) y es muy bien calificado por los más exigentes críticos del séptimo arte. Con 39 años –y un divorcio– tiene una carrera corta pero intensa y en constante ascenso. Tras graduarse en literatura de la Universidad de Georgetown estudió actuación en Nueva York, y luego empezó en la industria del cine como portero. Sí, abriendo y cerrando la puerta al paso de estrellas como Brad Pitt. Hasta que en 1999 encontró su oportunidad. Debutó con un papel secundario en un episodio de Sex and the City y no ha parado. Ha participado en una docena de shows televisivos y ha hecho papeles de todos los calibres en 30 películas, entre las que se destacan la trilogía Hangover (2009-2013), Sin límites (2011), Los juegos del destino (2012) y Escándalo Americano (2014). En su nueva película, Cooper encarna a un francotirador enviado a la guerra de Irak con la misión de proteger el avance de las tropas norteamericanas en tierra. Se trata de la historia real de quien, según cuentas oficiales del Pentágono, habría dado de baja al menos a 160 personas (hombres, mujeres y niños) con disparos de precisión, más que cualquier otro militar estadounidense.   En la cima del éxito, Cooper se resiste a representar el modelo de celebridad de Hollywood. Dejó el alcohol y las drogas a los 29 años, “Arrasé con mi vida cuando bebía. Ahora vivo en el presente”, explicó a SEMANA. Y ese presente ante todo significa realidad.  No tiene Facebook ni Twitter. Los paparazzis lo pueden pillar paseando en sudadera a sus dos perros, en una cena de gala con Robert de Niro en Los Ángeles, o solitario en el subway de Nueva York camino al teatro. Y aunque su vida privada es eso, no le ve gran problema al asedio de la prensa sensacionalista: “Estar sin trabajo era un problema peor”, explica.  A la ceremonia anual de los Premios Óscar llegó del brazo con su mamá, luciendo en la mano derecha la argolla matrimonial que su padre usó hasta su muerte en 2011. Para muchos, Cooper es el hijo ideal. “Sinceramente, trato de no mirarme mucho al espejo”, dice. Aunque trabaja como pocas celebridades de Hollywood (en 2015 se estrenarán dos películas que protagoniza), Cooper le apuesta al Óscar con la cinta que llega a las carteleras esta semana. Francotirador parece a primera vista una película de guerra más. Pero hay mucho más que escenas bélicas en este drama profundo y reflexivo. El espectador se asoma a través de la mira telescópica a la psiquis perturbada de quien dispara. La actuación de Cooper logra proyectar los dilemas morales de un hombre atribulado. El actor dice que ha sido un honor personificar a Chris Kyle, el marine en cuya historia se basa la producción, y deja claro que “esta no es una película sobre la guerra de Irak, es sobre el horror por el que tiene que pasar un soldado como Chris. No es una película política en absoluto, es el drama de un hombre”. Es, en efecto, la historia de un soldado formidable en el terreno, pero vulnerable y frágil de regreso a casa.  La historia se basa en el best-seller autobiográfico American Sniper, publicado en 2012, un testimonio que explora la ambivalencia de ser un héroe por ser un ‘asesino’ letal.   Sobre su director, dice Cooper que “Clint es uno de los más grandes de este siglo, es capaz de expresar los conflictos mejor que cualquier otro director, estudiando a profundidad los personajes. Por todo eso, es el talento perfecto para ejecutar esta película”. Una historia interesante, y por demás taquillera. El galán del momento en su mejor actuación. Un reparto de lujo. Una producción magnífica. Una dirección por encima del bien y el mal. Todos estos elementos de seguro ponen a Francotirador en la mira de la estatuilla más codiciada de la industria cinematográfica. La leyenda contraataca El legendario cineasta Clint Eastwood llega con 84 años a su filme número 34 como director. Según contó en Nueva York durante la gala de lanzamiento de su nueva película, Francotirador, está tan feliz con la trama como con el protagonista que la encarna. “Esta es una historia de la vida real, lo que implicaba unos retos particulares. Bradley Cooper es un tipo maravillosamente talentoso, perfecto para interpretar este papel”, señaló. Vista a la luz de sus más recientes producciones (Gran Torino, Invictus) su nueva película puede ser un intento más por explorar la muerte y la desesperanza que aflora entre vencedores y vencidos. El cuatro veces ganador del Premio Óscar espera que el resultado de su llave con el joven Cooper lo ponga, de nuevo, en la cumbre de la alfombra roja.