Según el Cuerpo de Bomberos, el incendio comenzó hacia las 6pm, hora local, durante una operación de mantenimiento del sistema de aire acondicionado. Las llamas destruyeron dos salas en las que se guardaban películas y una que atesoraba archivos impresos.
De acuerdo con los informes, la rapidez con la que se propagó el fuego se debe a los filmes de acetato, pues el material es sumamente inflamable.
El edificio incendiado no es la sede de la Cinemateca, que se encuentra en otro barrio paulista. Es un galpón que contenía copias de películas, muchas de ellas raras, y por lo general en mejor estado de conservación que las originales.
En los últimos años, varios edificios de esa institución, fundada en 1940, se vieron seriamente afectados por cuatro incendios y una inundación.
Desde hace meses, cineastas, artistas y empleados denuncian una política de “desmonte” de la Cinemateca por parte del gobierno ultraderechista de Jair Bolsonaro.
En julio de 2020, el Ministerio Público de Sao Paulo entabló una acción legal contra el gobierno federal por “abandono” de la Cinemateca, cuestionando la retención de recursos y la ausencia de un gestor por un enredo jurídico. Al mes siguiente, la institución dejó de funcionar y 41 funcionarios fueron dimitidos.
En abril de este año, un “Manifiesto de los Trabajadores de la Cinemateca Brasileña” alertó sobre el “riesgo de incendio”, debido a la falta de cuidados “con el acerbo, los equipos, las bases de datos y los edificios”.
El incendio del jueves fue “una tragedia anunciada”, dijo el crítico cinematográfico Lauro Escorel a la televisión Globonews.
En una entrevista con la AFP a inicios de este mes en Cannes, Francia, el cineasta Kléber Mendonça denunció el “sabotaje del sistema de apoyo a la cultura” y en particular la situación de la Cinemateca. “Del cierre de la Cinemateca, no sé ni cómo hablar de ello. Es como si Brasil no tuviera álbum de familia. No es solo un depósito, es un lugar vivo, con la memoria del país”, afirmó el director de Bacurau.
*Con información de AFP.