En el Festival de Avinón (sur), esa enorme manifestación internacional de teatro y espectáculos en vivo, la directora de cine y teatro brasileña Christiane Jatahy presenta una adaptación de “Dogville” de Lars von Trier, impregnada de la situación en su país natal.

Jatahy, que trabaja entre Brasil y Europa, ya había abordado el exilio y la aceptación del otro en Aviñón, en 2019, con “El presente que desborda”.

En “Dogville” (2003), que cuenta a través de un mínimo decorado la historia de Grace -una fugitiva que se refugia en una ciudad minera en la que primero es aceptada y luego explotada-, el realizador danés “quiso hacer una experiencia cercana al teatro y transponerla al cine. Yo busco lo contrario”, afirma Jatahy en una entrevista antes del estreno de “Entre chien et loup (Entre perro y lobo)” el lunes.

“Me interesan mucho las fronteras entre teatro y cine, pero sobre todo para borrarlas. Y utilizo el cine como parte importante en la construcción de la dramaturgia”, añade la directora.

El papel de la joven, encarnado en la pantalla cinematográfica por Nicole Kidman, lo hace la brasileña Julia Bernat, una elección que no es anodina pues el personaje, Gracia, huye de un régimen que vira al fascismo, en alusión muy directa al presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro.

Gracia se refugia con una compañía de teatro y, al igual que en la película, los personajes tienen buenos sentimientos hasta que reciben “fake news” (noticias falsas) sobre Gracia en sus teléfonos móviles (en la película son avisos de búsqueda de la policía) que les hacen cambiar de comportamiento, llegando hasta la explotación y la violación de Gracia.

Se reproducen escenas de la película, casi idénticas, en la pantalla y en el escenario.

“Juego sobre la cuestión del tiempo, sobre la ilusión del cine y la transparencia del teatro. El teatro (a diferencia del cine) está en el momento presente y puede cambiar el futuro”, asegura Jatahy, asociada a teatros franceses y suizos.

A diferencia de la película, que termina con un horror in crescendo, la obra se detiene antes de la venganza de Gracia, como un mensaje de esperanza.

“Muestro ambos lados porque ahora tenemos la oportunidad de cambiar las cosas, incluso aunque la realidad muestra lo contrario”, afirma la directora.

Juego sobre la cuestión del tiempo, sobre la ilusión del cine y la transparencia del teatro. El teatro (a diferencia del cine) está en el momento presente y puede cambiar el futuro

*Con información de AFP