Los cambios en la vida de las personas pueden surgir de distintas maneras y una de ellas es con el cambio de vivienda, ya sea por mudanza, venta o por razones particulares. Sin embargo, muchos llegan a desconocer lo que ocurrió en dicha casa o las experiencias que pudo haber tenido la familia anterior.
Ante ello, puede resultar útil el hecho de bendecir la vivienda mucho antes de instalarse, o incluso, ya instalados, pero lo importante es llevarlo a cabo. La vida espiritual o religiosa debe arraigar diferentes aspectos con el fin de obtener la paz, tranquilidad y serenidad que más de uno anhela.
Dentro de las herramientas usadas para lograr dicha acción de la divinidad es con ayuda de la agua bendita. Inicialmente, para el proceso de bendición, la persona debe limpiar y organizar la vivienda. Luego, encender una vela rosa, la cual simboliza el amor y la bondad.
Habitación por habitación se llevar la vela y expresar las intenciones que se desean en la misma. Una vez terminado, dejar arder la vela durante una hora, para después abrir las puertas y ventanas con el fin de que fluya y circule el aire fresco por toda la casa.
Otra de las opciones es a través del agua bendita para santificar, purificar o alejar las fuerzas malignas y así el poder de Dios descienda sobre la vivienda y pueda actuar en todo momento. En caso de no tener el agua bendecida, en un recipiente se realiza la siguiente oración:
Oración para bendecir una casa con agua bendita
Bendice, Señor, cada rincón de esta casa, para que todos los que viven en ella permanezcan firmes en tu paz y perseveren en tu voluntad. Que vivan una larga vida y tengan hijos por muchos días, y lleguen finalmente al reino de los cielos por Cristo nuestro Señor.
La bendición viene de años atrás
La tradición religiosa de dar la bendición viene de tiempo atrás, según la Biblia. El primer momento fue en la Creación, cuando Dios terminaba cada día, de los siete días.
En Génesis 1:21 habla sobre: “Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo ser viviente que se mueve, de los cuales están llenas las aguas según su género, y toda ave según su género. Y vio Dios que era bueno. 22 Y Dios los bendijo, diciendo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. 23 Y fue la tarde y fue la mañana: el quinto día.
Asimismo, otro momento se dio cuando Noé salió del Arca, recibiendo la bendición de Dios, la cual fue transmitida a sus hijos, Sem y Jafet, a la posteridad. En Génesis 9:1 quedó plasmado: “Y bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra”.