Con el inicio del cristianismo en el siglo I d.C., varias corrientes de este nuevo credo se fueron construyendo dada la subjetividad con la que los primeros apóstoles daban a conocer las enseñanzas de Jesús, sus preceptos y parábolas. Asimismo, el limitante de precisas traducciones del hebreo y arameo al griego y al latín, poco a poco fueron incrementando esos vacíos en las sagradas escrituras, ya que algunas expresiones no contaban con traducciones certeras, por lo que cada grupo social contaba con distintos referentes del mismo tema.
Debido al trabajo encomendado a los apóstoles de dar la buena nueva del evangelio, a través de los primeros siglos después de la venida de Cristo, los cristianos primitivos tuvieron que establecer varias reglas en algunos concilios para determinar cuáles eran las correctas interpretaciones que se le estaban dando a las palabras de Jesús. No obstante, esto provocó que varias corrientes cristianas (como los ortodoxos) tomaran distancia de la doctrina católica, suceso que también ocurrió con la reforma protestante de Martín Lutero en 1519.
La Biblia se vio afectada
A pesar de que todos los cristianos sin importar su corriente (católicos, protestantes, anglicanos, ortodoxos, coptos, etc.) se basan en la autoridad de las sagradas escrituras como la fuente de enseñanza para entender la relación que tienen el Cielo y la Tierra, cada una de estas ramas ha adaptado la Biblia a consideración de las interpretaciones y códigos con que cuenta cada división.
Por tal motivo, con las distintas reformas, concilios y divisiones que han dado a lo largo de los siglos, la Biblia se ha visto afectada dentro del propio cristianismo, en donde algunos grupos religiosos cuentan con traducciones distintas, lo que conlleva a que las interpretaciones entre grupos cristianos suela ser muy debatida, ya que, mientras algunos comprenden los versículos de una forma, otra comunidad toma las palabras al pie de la letra.
Sin embargo, una manera infalible de saber si una persona es católica o evangélica es a través de observar la Biblia que posee, ya que, mientras la Biblia católica contiene 73 libros en total (desde el Génesis hasta el Apocalipsis), la Biblia protestante solo cuenta con 66 libros, haciendo a un lado el apartado de los Deuterocanónicos que los componen: Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, I de Macabeos y II de Macabeos, además de contar la Biblia Católica con unas adiciones a los libros de Ester y Daniel.
¿Por qué se dio este suceso?
A pesar de que estos siete libros fueron aceptados por la Iglesia Primitiva en el Concilio de Cartago en 397 d.C., dichos escritos fueron objeto de controversia por parte de algunos seguidores de Jesús desde el siglo II d.C. debido a que dichos manuscritos irían en contraposición a lo que predica el cristianismo al provenir de los fariseos. Asimismo, que estos libros no hayan sido escritos totalmente en hebreo los convertiría en libros no deseados para las corrientes más conservadoras del cristianismo, como es el caso de los protestantes.
La Biblia, siendo uno de los libros más conocidos alrededor del mundo, en especial en occidente, cuenta con decenas de interpretaciones y traducciones a lo largo del planeta, cuyas lecturas orientan a cada católico y protestante que quiere conocer más de Dios a través de los evangelios de una manera distinta de forma, pero misma de contenido, a tal punto que el papa Francisco ha sido uno de los abanderados en poder retomar la unión religiosa que tenían los primeros cristianos, dando así un primer paso en la construcción de la paz dentro de los mismos cristianos basados en las mismas escrituras en donde se establece en uno de los mandamientos amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a sí mismo.