Los seres humanos tienen distintos valores que los catalogan como buenas personas, tales como el amor, la humildad, la solidaridad, la compasión, la justicia, entre otros. Como tal, el deseo de justicia surge desde la necesidad de vivir en una sociedad en la se impere la armonía.
De acuerdo con los fieles creyentes, el anhelo de justicia nace de la necesidad de crear leyes para convivir sanamente. En cuanto a las creencias católicas, la justicia divina evoca la misericordia de Dios para actuar como justiciero antes la adversidad que vida le pueda presentar.
Ahora bien, para pedir que la justicia divina llegue a las personas que han actuado mal y han perjudicado a otras con sus actuar, se deben hacer dos poderosas oraciones que a continuación relaciona Godsblessing:
Oración para suplicar por justicia divina
“Dios Misericordioso, atiende a mi llamado.
Escucha esta oración que con tanta humildad te dedico.
Necesito que se haga justicia pronto a mi causa.
Mis enemigos buscan perjudicarme sin motivo aparente,
Necesito de tu ayuda en estos momentos de angustia.
Solo Tú puedes juzgar el corazón de los hombres.
Solo Tú eres digno de otorgar el castigo a quien lo merece.
Te pido que los impíos sean sancionados, que no se salgan con la suya.
Escucha y atienda a mis palabras, Oh Señor Misericordioso.
Cuídame y protégeme de estas malas personas.
Resguárdame bajo tu hermoso manto y no dejes que me persigan.
Sé mi escudo, mi amparo y mi refugio.
Enfrenta a todos mis enemigos con tu gran Poder.
Que supliquen perdón por sus actos ante Ti.
Que los de corazón puro puedan ver las puertas del Cielo.
Para así gozar del paraíso prometido.
Que se haga justicia por los siglos de los siglos.
Amén”
Oración para solicitar justicia urgente
“Oh Padre, que estás en el Cielo, eres Justo y bueno.
Todo lo sabes y todo lo ves, tu Poder es inmenso.
Todos tus actos son perfectos, porque eres Omnisciente.
Que Tu justicia divina venga en mi ayuda lo antes posible.
Hoy más que nunca, necesito que se haga justicia.
Tú que velas por el bienestar de los hombres, no permitas que se burlen de mí.
No dejes que se sigan aprovechando.
Dios justo, bueno y misericordioso, ten piedad.
Eres mi fortaleza y mi refugio en las peores vicisitudes de la vida.
Por eso clamo y suplico tu ayuda divina.
Sé que repudias los actos egoístas que buscan dañar a los demás.
La envidia, el egoísmo y la lujuria, no son agradables a tus ojos.
Eres vencedor de la injusticia y de las malas energías.
Haz que tu justicia divina descienda sobre quienes se la merecen.
Eres el único que puede sacarme de este apuro en el que me encuentro.
No dejes que mis enemigos salgan victoriosos.
Más resguárdame de todo el mal por parte de ellos.
Amén”.