El domo del Planetario de Bogotá se oscurece y aparecen, como suele suceder, millones de estrellas. Pero esta vez no se oye una voz masculina que explica el origen del universo, sino la de Marcela Mar, que interpreta a Marianne. La actriz camina en el escenario circular y se encuentra con Angélica Blandón, quien interpreta a Roland, para darle un beso.Así empieza Constelaciones, escrita en 2012 por el británico Nick Payne. Marcela Mar adquirió los derechos para interpretarla y Fabio Rubiano la adaptó. La pieza cuenta una historia de amor desde la teoría de los universos paralelos, proveniente de la física cuántica. Según el planteamiento, existen múltiples realidades (o universos) al mismo tiempo y en cada una hay una versión de la misma persona. Dependiendo de las decisiones tomadas, el futuro puede cambiar por completo en cada universo.

Desde el 6 de septiembre hasta el 17 de noviembre el Planetario de Bogotá servirá de escenario para una obra de teatro. Tendrá una tarima extra que le dará más altura al escenario. El proyector, las sillas y  el resto del lugar permanecerán sin modificar.Por ejemplo, hay uno en el que Marianne y Roland se enamoran, pero en otro apenas cruzan algunas palabras. La obra explora las múltiples posibilidades que vive la pareja luego de tomar decisiones distintas. Payne conoció la teoría en La realidad oculta (2011), un libro de Brian Greene, profesor de la Universidad de Columbia.Como corresponde a la física cuántica, no es posible comprobar científicamente el planteamiento. Sin embargo, referentes como Stephen Hawking le han dedicado varias investigaciones. Antes de Constelaciones, Payne ya había escrito obras inspiradas en temas científicos. En 2009, por ejemplo, escribió If There Is I Haven’t Found It Yet, una reflexión sobre el cambio climático. Sandro Romero Rey, que con Fabio Rubiano codirige Constelaciones, asegura que la obra refuerza la idea de que la ciencia complementa al arte y no implica un saber contradictorio.Le sugerimos: Teusaquillo se convirtió en el corazón del teatro en BogotáDiversos realizadores ya han presentado la obra en teatros de Los Ángeles, Nueva York, Madrid, México y otras ciudades, pero nunca en un escenario astronómico como el Planetario de Bogotá, un lugar que implica múltiples retos, pero potencia el argumento. Por ejemplo, su pantalla tiene un área de 72 metros cuadrados, más del triple que una de cine. Solo otras dos alcanzan este tamaño en América Latina. Por otro lado, la pantalla simula una bóveda celeste en la que flotan las estrellas, las galaxias y los planetas. Por eso, el equipo enfrentaba el riesgo de que las imágenes proyectadas opacaran a los actores.Para evitarlo, Santiago Caicedo, encargado de los efectos audiovisuales, generó imágenes que magnifican la obra, contextualizan sobre física cuántica y representan los pensamientos de los personajes, cuidando su protagonismo. Como Roland es un apicultor y Marianne una física, hay elementos visuales muy llamativos.

Marcela Mar compró los derechos de la obra y Fabio Rubiano la adaptó. Interpreta a Marianne, una investigadora de física cuántica. Foto: Pilar Mejía.Pero no solo el equipo técnico sorteó obstáculos. Marcela Mar propuso que a Roland, el hombre de la relación, lo interpreten Angélica Blandón y Humberto Busto, actor de Amores perros. La idea es comunicar que “no importa el género cuando dos almas se encuentran”. En cada función elegirán al azar al artista que interpretará a Roland. Los espectadores vivirán una experiencia muy distinta porque el diálogo y la historia no cambian, pero sí la energía y la interpretación de Blandón y de Busto. Aunque la obra tiene un mensaje de inclusión, Sandro Romero dice que el respeto por la diversidad no es el tema principal y la idea es ir más allá de los discursos inmediatos o aparentes. Al final, la obra es un juego: desde el inicio el espectador conoce las reglas, experimenta múltiples realidades y mira a las estrellas.

Humberto Busto y Angélica Blandón interpretan al mismo personaje. Fotos: Pilar Mejía.