Desde que arrancó la crisis mundial por el coronavirus, muchos han recordado a Black Mirror, la popular serie distópica de Netflix que se volvió popular por mostrar un futuro muy realista en el que el avance de la tecnología lleva a la humanidad a debates filosóficos, éticos y morales. Y no es para menos: con un virus andando por las calles, las ciudades bloqueadas, varios países en cuarentena y todas las relaciones interpersonales limitadas a videoconferencias, cualquiera podría pensar que lo que muchos viven hoy parece el guión para un capítulo de la serie.
Lo mismo piensa Charlie Brooker, el creador y productor de Black Mirror. Tanto así, que en una entrevista con una emisora del Reino Unido, confirmó que lo que está pasando en el mundo los llevó a tomar la decisión de congelar la nueva temporada de la serie, que sería la sexta. La razón: “ya estamos inmersos en una distopía de pesadilla como las que exploramos en el show”. La quinta temporada de la serie se estrenó en junio del año pasado. Sus capítulos no fueron tan elogiados por los críticos como los de las temporadas anteriores, a pesar de que contaron con actores reconocidos como la cantante Miley Cyrus. Aún así, fueron bastante vistos en Netflix y comentados por los usuarios.
Miley Cyrus protagonizó uno de los episodios de la quinta temporada de la serie. La historia era sobre una cantante pop que ponía parte de su personalidad en unas muñecas que se convertían en amigas virtuales de sus fanáticos. La serie británica suele presentar episodios con historias independientes, en los que plantea debates éticos a partir del uso de la tecnología. Ha jugado con la posibilidad de que las personas tengan instaladas cámaras de grabación en su cabeza que les permitirían retroceder las imágenes o volver a ver sus recuerdos en cámara lenta. También, con un mundo futurista en el que las reacciones en Instagram sean las que den el prestigio y el estatus. Incluso, con la posibilidad de que la mente siga viva después de la muerte física de una persona.
“Actualmente he estado haciendo cosas -explicó Brooker-. Pero no creo que tenga el estómago para pensar ahorita historias sobre sociedades que se desmoronan como las que solemos poner en la serie. De hecho, estoy tratando de escribir guiones cómicos, que me hagan reír”. Para algunos críticos de medios estadounidenses y británicos, tiene mucha lógica que la serie haga una pausa en este momento, pues si siguen adelante, corren el riesgo de quedar sepultados por la realidad. Algo similar a lo que ocurrió con House of Cards y otras series sobre la política norteamericana que tuvieron un bajón (en calidad e interés) cuando Donald Trump llegó a la presidencia. Igual la serie no está cancelada. Brooker confirma que en algún momento, y cuando la realidad lo permita, las historias sobre un futuro distópico volverán a la televisión, donde estamos acostumbrados a verlos.