A veces, por más correcto que se obre, es imposible evitar a los enemigos. Hay quienes, por ejemplo, les gusta ver a los exitosos fracasar y a los buenos caer. Por ello, no está de más orar a Dios y pedirle alejar a las personas que no tienen nada para aportar.

Para pedir a Dios que aleje a los enemigos no es necesario ser el mejor orador, sino orar con fe. Una buena opción para pedirle al Señor que obre como refugio y como defensor es acudir a los salmos consignados en la Biblia, pero sobre todo a uno, el Salmo 59.

Los salmos son una colección de alabanzas y oraciones a Dios | Foto: Getty Images

A continuación, el Salmo 59, que puede orar luego de un Padre Nuestro:

Salmo 59

David ora para ser librado de sus enemigos — Dios gobierna en Jacob hasta los confines de la tierra.

Al músico principal: al son de Al-tasjet. Mictam de David, cuando Saúl envió hombres a vigilar la casa para matarlo.

1 Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; ponme a salvo de los que contra mí se levantan.

2 Líbrame de los que hacen iniquidad, y sálvame de hombres sanguinarios.

3 Porque, he aquí, han puesto acechanza contra mi vida; se han juntado contra mí poderosos,no por transgresión mía ni por pecado mío, oh Jehová.

4 Sin delito mío corren y se preparan; despierta para venir a mi encuentro, y mira.

5 Y tú, Jehová, Dios de los ejércitos, Dios de Israel, despierta para castigar a todas las naciones; no tengas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. Selah.

Aunque Dios gusta de quienes van a la iglesia, para pedir a él basta orar con esperenza, incluso desde la casa. | Foto: lOvE

6 Volverán al atardecer, ladrarán como perros y rodearán la ciudad.

7 He aquí proferirán con su boca; espadas hay en sus labios,porque dicen: ¿Quién oye?

8 Mas tú, Jehová, te reirás de ellos; te burlarás de todas las naciones.

9 A causa de su fuerza esperaré yo en ti, porque Dios es mi defensa.

10 Mi Dios, en su misericordia, irá delante de mí. Dios me hará ver a mis enemigos.

11 No los mates, para que mi pueblo no olvide; hazlos vagar con tu poder y abátelos, oh Señor, escudo nuestro.

12 Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios, sean ellos presos en su soberbia, y por la maldición y mentira que profieren.

La Biblia, un buen consejero en los momentos difíciles. | Foto: Getty Images

13 Acábalos con furor; acábalos para que no existan más y sepan que Dios gobierna en Jacob hasta los confines de la tierra. Selah

14 Vuelvan, pues, al atardecer, y ladren como perros y rodeen la ciudad.

15 Anden ellos errantes para buscar qué comer; y si no se sacian, murmuran.

16 Pero yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana tu misericordia, porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia.

17 Oh fortaleza mía, a ti cantaré alabanzas, porque eres, Dios, mi amparo, mi Dios de misericordia.