Los creyentes no solo encuentran protección en Dios, en él pueden encontrar un amigo, un padre, el amor, la fe, el sentido mismo de la vida y todo lo que ellos quieran, pues para cada persona tiene una relación y entendimiento único con el Señor.

Encomendar las actividades diarias a Dios es un hábito entre católicos y cristianos. | Foto: Getty Images / Colin Hawkins

Es por eso que cuando se necesite, se puede encontrar la sabiduría. De acuerdo con portales especializados, la sabiduría viene de Dios y es por esto que en con él con quien se puede encontrar. Ser sabios permite que se viva correctamente y se tenga el entendimiento de Él.

De acuerdo con el portal web de la Biblia, este es uno de los salmos que se pueden decir para encontrar sabiduría de Dios.

Orar con fe | Foto: GETTY IMAGES

Salmos 119:66-90

“Dame la sabiduría y el conocimiento que necesito, porque confío en tus mandamientos. Antes yo no andaba en tu camino y sufría mucho, pero ahora cumplo fielmente tu palabra. Tú eres bueno, y haces el bien; enséñame tus mandatos. Gente mala que se cree mejor que yo, mintió sobre mí, pero yo sigo cumpliendo de todo corazón tus instrucciones.

Ellos tienen la mente embrutecida; yo, en cambio, disfruto tus enseñanzas. Fue bueno que yo sufriera tanto, porque así aprendí tus mandatos. La enseñanza que sale de tus labios vale más para mí que todo el oro y la plata del mundo.

La oración es el dialogo de los creyentes con Dios. | Foto: Getty Images

Tus manos me crearon, tú me formaste; ayúdame ahora a aprender y a entender tus mandamientos. Los que te respetan se alegran al verme, porque en tu palabra he puesto mi esperanza. SEÑOR, yo sé que tus órdenes son justas y que fue necesario que me castigaras, pero ahora te pido que me consueles con tu fiel amor, tal como me lo prometiste.

Muéstrame tu fiel amor y déjame vivir, pues disfruto de tus enseñanzas. Que sea castigada esa gente arrogante que me atacó y mintió sobre mí; yo siempre sigo tus instrucciones.

Día a día los creyentes se comunican con Dios a través de la oración. | Foto: Getty Images

Que los que te respetan regresen a mí y puedan aprender tus enseñanzas. Ayúdame a obedecer de corazón tus mandatos para que nunca tenga que sufrir pena y humillación.

Estoy agotado esperando que me salves, pero confío totalmente en tu palabra. Mis ojos ya están cansados de tanto esperar tu promesa y digo: ‘¿Cuándo me consolarás?’ Aunque me siento terriblemente agotado, no me he olvidado de tus mandatos.

La sabiduría se puede encontrar en Dios. | Foto: Getty Images

¿Cuánto tiempo más tendré que vivir esperando que des la orden de castigar a todos los que me atacan? Hay gente muy arrogante y soberbia que ha cavado trampas contra mí; ellos están en contra de tus enseñanzas. ¡Dios mío, ayúdame! Podemos confiar plenamente en todos tus mandamientos. Casi me borran de la tierra, pero yo no me desvío de tus instrucciones.

Conforme a tu fiel amor, dame vida y yo cumpliré con los mandatos que me impongas. SEÑOR, tu palabra está firme para siempre en el cielo. La gente podrá confiar en tu palabra ahora y siempre; tú hiciste la tierra, y ella perdura”.

Los salmos ayudan a concetarse con Dios. | Foto: Andrew Penner

Salmo 40

Esperé con paciencia al Señor, y él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó del hoyo de la desesperación, del lodo y del fango; puso mis pies sobre una roca, y afirmó mis pasos.

Puso en mi boca un cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios. Muchos verán esto, y temerán, y confiarán en el Señor.

La oración. | Foto: Getty Images

¡Dichoso aquel que confía en el Señor, y no se apoya en los arrogantes ni en los mentirosos! Tú has hecho muchas maravillas, Señor, mi Dios; tus planes para con nosotros son innumerables.

No quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me has dado oídos dispuestos a escuchar. Dije: Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad; tu ley está en mi corazón.

Esta n es la primera vez que un colegio prohíbe la biblia. | Foto: Getty Images

No oculté tu justicia en mi corazón; proclamé tu fidelidad y tu salvación. No he ocultado tu amor y tu verdad a la gran asamblea.

No retengas, Señor, tu compasión de mí; que siempre me guarden tu amor y tu verdad. Porque me han rodeado muchos males; mis culpas me han alcanzado, y no puedo levantarme.

Al finalizar el día, es importante darle gracias a Dios por los favores recibidos y también entregarle las peticiones. | Foto: Getty Images / FG Trade Latin

Que sean complacidos en ti todos los que te buscan; que digan siempre los que aman tu salvación: ¡Grande es el Señor!

Antes de recitar este salmo, se aconseja prepara un ambiente tranquilo y al predicar el salmo, hacerlo con fe y devoción. También es importante agradecer y mantener la esperanza para que ese milagro sea una realidad.

La oración de San Antonio de Padua | Foto: Getty Images