Las religiones y tradiciones varían, y por ende las creencias de cada persona, pero en términos generales existen santos a los que los colombianos le tienen mayor fe, y por eso se les reza con mayor frecuencia, como, por ejemplo a la virgen de Chiquinquirá o patrona de los colombianos.
La virgen de Chiquinquirá es considerada la protectora de Colombia y lleva este nombre por el municipio en donde tuvo sus primeras manifestaciones milagrosas, y el 9 de julio es su festividad, y miles de peregrinos se reúnen en la basílica en donde hay procesiones, misas especiales y una profunda expresión de fe.
Además, se dice que cuando se le pide con fe, ha ayudado a curar enfermedades y a superar desafíos que se creían perdidos.
Ahora bien, es clave señalar que la oración a la virgen de Chiquinquirá debe realizarse por nueve días seguidos y es la siguiente:
“Patrona y reina de Colombia que ayudas a todo el que acude ante ti con devoción, hoy te pido que llenes mi corazón y el de todas las personas que me rodean, de amor, comprensión, tolerancia y paz.
Tú, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, tienes el poder, cuando uno te invoca, de llenar todo vacío existente y de hacer que todo brille en donde hay oscuridad, por eso hoy acudo a ti, para pedirte por todo aquello que acongoja y angustia mi corazón (en este punto, se debe exponer qué es lo que se necesita o cuáles son las preocupaciones para que ella entienda la oración y pueda socorrer).
No permitas que el enemigo tome mi tranquilidad y haga de las suyas con mi ser, el de mis amigos, conocidos o familiares. Te ordeno que tú y solo tú, Reina y Señora, hagas de esta angustia un motivo para renacer y creer.
Dame la paz que necesito e intercede por mi ante Dios, Nuestro Padre Santo, para que por su parte también pueda hacer en mí, su voluntad.
Hoy, Madre Santa, te entrego mi corazón y te autorizo a que trabajes en él y en todas sus inquietudes, porque me encuentro totalmente seguro/a de que no habrá mayor paz, que la que tú me puedas brindar por medio de tu auxilio.
Para este 9 de julio en que conmemoramos tu día, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, quiero agradecerte por ser mi resguardo cada vez que me encontraba en una angustia y acudía a ti (aquí se debe agregar todo aquello por lo que se quiere agradecer), porque bien sabes hacer tu papel de madre que calma al hijo cuando no encuentra la salida y se encierra en sus propios problemas.
Por último, quiero pedirte por las necesidades que cada corazón de las personas que me rodean alberga, porque alejes de mi la gente que no me conviene y, sobre todo, para que me protejas a mí y a todos mis familiares del poder maligno del enemigo resguardándonos a todos en ti y pidiendo por nosotros ante Dios.
Amén”.