El salmo 91 es uno de los más importantes en la creencia católica. El mensaje que proporciona ha hecho que se gane ese mérito, especialmente porque su tema central radica en la protección ofrecida por Dios en los creyentes.
¿Qué dice ese salmo? Esta oración hace énfasis en la relación espiritual de Dios con sus creyentes, la cual es el camino para asimilar las enseñanzas católicas. El salmo transmite la confianza que funciona como cimiento para las creencias y señala que no importa la gravedad de las situaciones, Dios siempre estará del lado de los creyentes, brindando la ayuda y protección necesarias.
La oración presenta a Dios como el refugio ante cualquier situación, por lo que las personas pueden confiar plenamente en su presencia para el cuidado de sus vidas. Ya sean enfermedades, problemas en el trabajo, preocupaciones económicas, o cualquier otra molestia; el salmo indica que el poder de Dios puede hacerle frente a las circunstancias.
Por otro lado, la oración también plasma a Dios como un compañero fiel, por lo que estará presente en todo momento, tanto en situaciones complicadas como alegres. Sobre ello, el salmo destaca la importancia.
“El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: “Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío”. Solo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte!
No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía. Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará. No tendrás más que abrir bien los ojos, para ver a los impíos recibir su merecido. Ya que has puesto al Señor por tu refugio, al Altísimo por tu protección, ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar.
Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos. Con sus propias manos te levantarán para que no tropieces con piedra alguna. Aplastarás al león y a la víbora; ¡hollarás fieras y serpientes! “Yo lo libraré, porque él se acoge a mí; lo protegeré, porque reconoce mi nombre. Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores. Lo colmaré con muchos años de vida y le haré gozar de mi salvación».