En tiempos de tribulación los creyentes acuden al ser u objeto de su fe. Por tal razón, los cristianos suelen presentarse ante su Dios, ya que dentro de su credo es quien tiene el poder para protegerlos del maligno.
De acuerdo con la Biblia, uno de los libros más conocidos alrededor del mundo, la oración más poderosa para protección la hizo el rey David y se puede leer en el Salmo 121 en su versión Reina Valera.
En este sentido, el Salmo 121 es recitado, comentado y analizado por los cristianos como una oración de protección poderosa:
“Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que guarda a Israel.
Jehová es tu guardador;
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
El sol no te fatigará de día,
Ni la luna de noche.
Jehová te guardará de todo mal;
Él guardará tu alma.
Jehová guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y para siempre”, se puede leer en el texto bíblico.
Lo anterior lo confirma el sitio web Biblia Católica, que manifiesta que este salmo es una lírica en el cual el salmista reconoce su dependencia y señorío de Dios, el único que le puede brindar protección y seguridad.
Asimismo, a lo largo de todas las escrituras se puede observar como diferentes historias de personajes bíblicos ven la misericordia, amor y gracia de su Dios. Incluso en Juan 16: 33 en la Nueva Versión Internacional (NVI) señala Jesucristo: “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”.
De igual manera, la aplicación móvil Glorify sugiere la siguiente oración para una protección poderosa nocturna, recordando a los creyentes el Salmo 140: 1-5.
“Líbrame, oh Jehová, del hombre malo;
Guárdame de hombres violentos,
Los cuales maquinan males en el corazón,
Cada día ocurren contiendas.
Aguzaron su lengua como la serpiente;
Veneno de áspid hay debajo de sus labios.
Guárdame, oh Jehová, de manos del impío;
Líbrame de hombres injuriosos,
Que han pensado trastornar mis pasos.
Me han escondido lazo y cuerdas los soberbios;
Han tendido red junto a la senda;
Me han puesto lazos”, se puede leer en la versión RVR 1960.
Por consiguiente, el portal aconseja también llevar a cabo la siguiente oración:
“Señor, te pido que estés conmigo ahora. Envuelve tus brazos amorosos alrededor de mí y mantenme a salvo. Estoy desesperado por tu protección. Quiero conocer tu presencia tan fuertemente. Tu dulce presencia que me reconforta y me da paz... Amén”.
Cabe recordar que la Biblia tiene un número amplio de versículos que reconfortan a los creyentes, como los siguientes:
“Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación”, Salmo 32: 7; “Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará”, Deuteronomio 31: 6.
Finalmente, para quienes son creyentes, la oración es una herramienta con la cual pueden hablar con Dios de sus emociones, angustias, miedos, tristezas, alegrías, sueños, y asimismo atender a su llamado a través de las Escrituras y responder con adoración para sentirse en paz.