Para los creyentes, muchas de sus plegarias van dirigidas a Dios directamente o a algún santo en quien depositan su confianza. En la religión católica son numerosos los santos que, para sus fieles, en vida llevaron una vida ejemplar y a quienes se les puede pedir en casos específicos; por ejemplo, hay patronos para el empleo y momentos difíciles.
Según el portal Aleteia, la distinción entre ángeles y arcángeles radica en que los primeros son seres mensajeros de Dios, bajo una concepción “más amplia”, mientras que los segundos tienen unas tareas de mayor especificidad. En la Biblia se refieren a ellos como quienes contemplan “constantemente el rostro de mi Padre que está en los cielos”, reseña BibleGateway.
El sitio web ACI Prensa, refiere a la Enciclopedia Católica, para evocar una oración al ángel de la guarda, bajo el precepto de que el Ser Supremo ha dado uno de estos mensajeros a cada individuo. Se le puede pedir auxilio en momentos de angustia y también para “no ofender jamás a Dios”.
Oración al ángel de la guarda
Ángel del Señor, que por orden de su piadosa providencia eres mi guardián, custódiame en este día (o en esta noche) ilumina mi entendimiento, dirige mis afectos, gobierna mis sentimientos, para que jamás ofenda a Dios Señor. Amen.
Otra plegaria es la recopilada por la plataforma Hozana.org y asegura que era recitada por el padre Pío de Pietrelcina.
Oración que hacía el padre Pío
Santo Ángel Custodio, protege mi alma y mi cuerpo.
Ilumina mi mente para que conozca mejor al Señor y lo ame con todo el corazón.
Asísteme en mis oraciones para que no ceda a las distracciones
y ponga la más grande atención. Ayúdame con tus consejos,
para que vea el bien y lo cumpla con generosidad. Defiéndeme de las insidias del enemigo infernal,
sostenme en las tentaciones para que siempre sea capaz de vencerlas.
Suplanta, elimina mi frialdad en el culto al Señor: no dejes de atender a mi custodia
hasta que me lleves al Paraíso, donde alabaremos juntos al Buen Dios por toda la eternidad.