Durante la vida de un individuo se presentan situaciones muy complejas con las que se deben lidiar, como lo es el caso de la muerte de algún familiar, amigo, pareja, u otra persona.
Sin importar que la muerte se haya dado de manera repentina o luego de atravesar por una larga enfermedad, las personas aún no están acostumbradas a recibir la noticia del fallecimiento de una persona.
Tras los actos fúnebres y el tormentoso entierro del fallecido, los lugares en donde se solía compartir con aquella persona no vuelven a ser los mismos, así como las festividades importantes, las llamadas telefónicas, los hábitos que se solían realizar con aquel individuo, y los asuntos pendientes que no se pudieron llevar a cabo suelen ser momentos y lugares que contienen una carga emocional muy fuerte, por lo que pueden llevar a algunas personas a desarrollar trastornos depresivos.
¿Cuándo y cómo pedir ayuda?
A pesar de que se conoce que cada persona tiende a desarrollar un duelo diferente, en donde algunos individuos manifiestan su pesar a través del llanto, los gritos y las emociones negativas, otros, por su parte, toman la muerte de un ser querido con serenidad, tranquilidad y resignación, no obstante, tanto unos como otros pueden desarrollar un duelo mayor a través del tiempo.
De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Psicología, existen algunas técnicas que podrían ayudar a las personas que se encuentran en un duelo por la pérdida de un ser querido, las cuales son útiles siempre y cuando la persona involucrada esté lista para dar ese paso, ya que no se le puede obligar a un individuo a soltar sus emociones de un momento a otro:
- Aceptar las emociones: Cuando se experimenta el duelo, puede haber negación por parte de la persona que lo está afrontando, por lo que es importante aceptar la rabia, tristeza, frustración, entre otras, para así comenzar a trabajar en ello acompañado de un profesional.
- Hablar sobre la muerte de la persona: El individuo que atraviesa el duelo puede hablar con sus amistades y familiares más cercanos sobre la partida de su ser querido para, de una manera u otra, ir aceptando el vacío que esa persona ha dejado. Asimismo, a través del recuerdo se puede ir soltando la tristeza del fallecimiento.
- Ayudar a personas en condiciones similares: La ayuda es una acción que hace bien a la mente y al cuerpo, por lo que hablar con otra persona, la cual está pasando por la misma situación, facilita comunicar las emociones del momento y soltar pesos relacionados con la partida.
- Cuidar de sí mismo: Comenzar a realizar actividades para el bien físico y mental, podrá ayudar a la persona para continuar con su vida y recordar, de vez en cuando, la pérdida de su ser querido, hasta que finalmente se acepte el vacío sin recurrir a la tristeza.
- Recordar con dignidad al fallecido: A través de plantar un árbol en memoria del difunto, elaborar un álbum de fotografías recordándolo, o incluso haciendo obras de caridad a su nombre, se podrán crear nuevos recuerdos sanos que permanecerán por mucho tiempo en la mente de la persona que atraviesa un duelo. Estas acciones permiten honrar la relación íntima que existía entre ambos seres.
Por otro lado, en caso de que una persona esté sufriendo un duelo muy intenso, la asistencia psicológica profesional es imperativa en esos casos, ya que los expertos certificados cuentan con el potencial académico y experimental para lidiar con estas situaciones, con el fin de convertir el luto en una emoción llevadera para que luego la persona afectada pueda superar sanamente la pérdida de su ser querido y así mejorar su calidad de vida física y mentalmente.