Confiesan los mismos integrantes de La Derecha que Dylan por nosotros es una canción inédita para el público pero no para ellos. Que se cocinó ya hace varios años en el estudio, con los ingredientes de los versos precisos de varias canciones de Bob Dylan que fueron adaptados por Mario Duarte. Dylan por nosotros es una celebración. Han pasado 25 años desde que La Derecha debutó con un álbum homónimo y desde entonces han sacado dos discos más, un EP y varios sencillos. El sábado 7 de diciembre, en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, la banda presentó un concierto de su temporada Últimas funciones, que no parecen —en realidad— ser las últimas. Porque precisamente Mario Duarte ha dicho que La Derecha siempre ha sido una “llevadera de la contraria”.

Descalzo, con una bata roja y una venda en la cabeza, Duarte se mostró más performático, no era solo el cantante, como normalmente se siente cuando sube a tarima con el grupo, sino que el Duarte actor se hizo sentir. Se hacía el loco, molestaba, había otras intenciones en el escenario que funcionaron. Cuando presentaron la canción, la excusa para hacer esta gira de conciertos por ciudades como Nueva York, Medellín y Bogotá, Duarte confesó que el motor siempre fue el poeta, el músico, el premio nobel Bob Dylan. Pero que entendía que el público lo hubiera asociado a la terrible muerte del tocayo Dilan, el joven de 18 que se fue de este mundo por una bolsa llena de pequeños balines de plomo que un agente del Esmad le disparó en la cabeza. “Si uno a los 18 no se rebela no se va a rebelar nunca”, dijo Duarte con una voz que cambió por un momento ante la vergüenza que supone vivir en un país donde tantos jóvenes han muerto en las calles por la violencia de Estado.

“Siempre nos ha gustado el escenario como un espacio no tan claro, algo por definir, por descubrir, ¡hasta por inventar! así suene pretencioso, que también lo hemos sido”, dijo el vocalista, que junto a Chato Rivas se llevaron cada uno al final del concierto una placa conmemorativa de la gira para celebrar la presencia fija de estos dos músicos fundadores de la banda. Fue una presentación íntima, con precisión melódica y a la altura del escenario. Hubo varios invitados que le dieron un sentimiento especial a algunas canciones como Monóxido cuando interpretó Alice de forma emotiva o Eka Muñoz, vocalista de Sidestepper, cuya voz empató en armonía muy bien con la de Duarte. Complementos musicales y teatrales en el escenario. La nostalgia de Nada te va a corromper, la fuerza de un clásico como Ay qué dolor, y el sentimiento profundo de Simulación y Tania llenaron cualquier expectativa. Fue una retrospectiva sincera, un momento para revisar la historia de la banda en vivo.

Las visuales por su parte también cumplieron. Fotografías del Joe Arroyo, videos de la agrupación, y animaciones de Iván Duque, Uribe y Trump con los cachos del diablo le dieron su toque político al concierto “de esto te hablámos viejo, de los 18 menores asesinados, represión y ataques del Esmad al pueblo, la economía naranja que se apropia de procesos independientes”, se leía en la pantalla. “Ya no tengo piedras en los bolsillos / me importan los malentendidos / ningún enemigo herido”, dice la canción Dylan por nosotros. Y se leen esas líneas y se piensa de inmediato: que hasta los versos de hace décadas de Bob Dylan hoy hablan también sobre un chico llamado Dilan, de Bogotá, hoy símbolo de todo un país en cambio.