Si bien una mujer en estado de embarazo disfruta a su hijo dentro de su vientre por un periodo de aproximadamente 40 semanas o 9 meses para luego dar a luz, este no es un privilegio de todas porque algunas parejas que buscan tener hijos se encuentran con muchos factores que dificultan el proceso como la infertilidad.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la infertilidad es “una enfermedad del sistema reproductivo masculino o femenino que consistente en la imposibilidad de conseguir un embarazo después de 12 meses o más de relaciones sexuales habituales sin protección”.
De hecho, la entidad precisa que muchas son las posibles variables que reducen la tasa de fecundidad como hábitos malsanos que se han asociado, como el tabaquismo, la exposición a los contaminantes ambientales, entre otros, teniendo en cuenta que: “La infertilidad puede deberse a factores masculinos, femeninos, a una combinación de ambos o ser idiopática”.
En este sentido, independientemente de las dificultades que tenga un hogar para concebir, los creyentes creen que Dios, como creador del universo, también le dio vida al ser humano, y por tanto, puede bendecir un embarazo, tal y como lo expresa el rey David en el salmo 139: 13-16:
“Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien”, se puede leer en la versión bíblica Reina Valera de 1960.
También en el primer libro de las Sagradas Escrituras, en Génesis 2:7 se observa como el Señor le dio hálito de vida a los seres humanos:
“Y Dios el Señor formó al ser humano del polvo del suelo; entonces sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente”, recoge la Nueva Versión Internacional (NVI).
De esta manera, se pueden encontrar varios fragmentos bíblicos en los cuales, se puede pedir a Dios por un embarazo.
Versículo para pedir a Dios por un embarazo
En el Antiguo Testamento se relata como algunos personajes bíblicos no podían tener hijos; sin embargo, una palabra de Dios o un milagro bastó para que una mujer y un hombre pudieran tener descendencia, como en el caso de Ana, y Raquel, por ejemplo.
“«Señor Todopoderoso, mira lo triste que estoy. ¡Acuérdate de mí! No me olvides. Si me concedes un hijo, te lo entregaré a ti. Será un nazareo: no beberá vino ni bebidas embriagantes, y nunca se cortará el cabello»”, fue la oración de Ana a Dios, que se encuentra en el libro del profeta Samuel 1:12
En el caso de Raquel, en Génesis 30: 1-24, la historia cuenta que Dios sí le dio hijos:
“Dios se acordó de Raquel, escuchó sus plegarias y le permitió tener hijos. Raquel quedó embarazada, dio a luz a un hijo y después dijo: «Dios me ha quitado mi vergüenza». A su hijo le pusieron de nombre José. Ella dijo: «Ojalá el SEÑOR me deje tener otro hijo»”, comenta la versión Palabra de Dios para Todos (PDT).
De ahí que, el versículo de la Biblia para pedir a Dios por un embarazo se puede basar -aparte de una oración con fe, y bajo su voluntad- en Génesis 1:28, en el cual Dios bendice a sus hijos para que se multipliquen:
“Dios los bendijo con estas palabras: «¡Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los animales que se arrastran por el suelo!»”, se puede leer en la NVI.