Si un colombiano entusiasta quería filmar una película hace 30 años, su única opción real era esperar a que se alinearan los astros. Los costos de hacerlo eran altísimos, había muy poco apoyo institucional y casi nadie se atrevía a financiar ese tipo de aventuras. Si el proyecto salía adelante, además, el emprendedor debía convencer a los exhibidores que la proyectaran en las salas. E incluso con eso asegurado, tenía que esperar que los espectadores –escépticos ante las cintas hechas en el país– asistieran. Por algo muchos decían que el cine colombiano era un “acto de fe” o el “oficio de los tercos”.Hoy la situación es muy diferente. La Ley del Cine, promulgada en 2003, no solo aseguró la financiación de las películas, sino que creó la institucionalidad necesaria para impulsar el cine nacional. Eso se nota: cada vez hay más películas (el año pasado, por ejemplo, se hicieron 42), varias de ellas rotan por los grandes festivales y algunas tienen el reconocimiento de los críticos. Una de ellas –El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra– incluso fue nominada a los Premios Óscar en 2016.Proimágenes –la entidad encargada de manejar el Fondo de Desarrollo Cinematográfico– y la Cámara de Comercio de Bogotá crearon hace ocho años el Bogotá Audiovisual Market (BAM), una especie de rueda de negocios pensada para que los cineastas y realizadores colombianos muestren sus proyectos o las ideas de películasLe sugerimos: “Ciro Guerra es de los mejores del mundo”Pero con el aumento del número de películas, apareció un nuevo cuello de botella: la distribución y la circulación. Es decir, se filman y se producen muchas más cintas, pero no todas tienen la oportunidad de llegar a las salas. Y las que lo logran, generalmente duran poco en cartelera. Ni qué decir de soñar con llegar a otros países: la única opción suele ser a través de los festivales, destinados a un público limitado.Para tratar de solucionar esa situación, Proimágenes –la entidad encargada de manejar el Fondo de Desarrollo Cinematográfico– y la Cámara de Comercio de Bogotá crearon hace ocho años el Bogotá Audiovisual Market (BAM), una especie de rueda de negocios pensada para que los cineastas y realizadores colombianos muestren sus proyectos o las ideas de películas a compradores, agentes de venta, distribuidores, financiadores y productores del resto del mundo.Esa idea exitosa arrancó en 2010 con 94 participantes y más de 60 compradores, y entre el 9 y el 13 de julio llega a su novena edición, con más de 1.400 participantes y 115 compradores de 21 países. Su evolución también ha sido filosófica: de ser un evento dedicado casi exclusivamente al cine, hoy abarca toda la industria audiovisual e incluye también a realizadores de televisión o series web, animadores, diseñadores y productores de videojuegos, entre otros.“Nos hemos venido consolidando no solo como un espacio de ‘networking’ y una rueda de negocios, sino como una plataforma de circulación, de promoción y de encuentro para toda la industria audiovisual”, explica Adriana Padilla, directora de Industrias Creativas y Culturales de la Cámara de Comercio de Bogotá. Por eso, además de una agenda de citas de trabajo de realizadores y personas interesadas en su actividad, hay proyecciones de películas, charlas y conferencias académicas. Algunas de ellas (que se realizan en el Gimnasio Moderno, de Bogotá) abiertas al público.Puede leer: La nueva película de Cristina Gallego y Ciro Guerra fue ovacionada en CannesPara escoger a los realizadores que participan hay varias convocatorias. Una para ideas de películas y producciones audiovisuales, otra para las que ya están en etapa de posproducción pero necesitan apoyo y una más para quienes tienen guiones escritos. En esta ocasión, además, 53 jóvenes talentos, provenientes del resto del país, traerán sus propios proyectos audiovisuales.El espacio ha demostrado su utilidad. Algunas de las películas más exitosas de los últimos años pasaron varias veces por allí y consiguieron recursos. Ciro Guerra y Cristina Gallego, por ejemplo, llevaron en 2013 la idea que luego se convertiría en El abrazo de la serpiente. Lo mismo pasó con películas como Gente de bien, de Franco Lolli, o La tierra y la sombra, de César Acevedo, que en 2015 recibió una Cámara de Oro en Cannes.Le recomendamos: Congal: Guerreros sin armas, el documental galardonado en el Premio de Periodismo RegionalEl BAM existe para que siempre que un entusiasta decida embarcarse en un proyecto audiovisual, como una película, encuentre un camino pavimentando y tenga todas las facilidades. Porque solo así se hace una industria.