En Colombia la caricatura ha sido un género casi exclusivamente político. Quizás esto se deba a que la actualidad apremia tanto a los dibujantes, que no hay mucho tiempo para la ficción. Experimentos, sin embargo, ha habido: desde algunos memorables como Don Amacise, del dibujante Adolfo Samper, que en los años 50 alcanzó un efímero éxito, hasta fanzines o revistas independientes como Acme, que reunió dibujantes de primer nivel como Muyi Neira y Jarape a comienzos de los 90. El género, sin embargo, ha sido mucho más subterráneo que en otras latitudes: en Brasil, Argentina, Chile y México, los cómics son parte de la vida cotidiana y se realizan salones especializados. Las historietas, además, son un género mayor en países como Japón, en donde el manga es rey; el mundo francófono, en el que personajes como Tintin son referente cultural tan importante como las novelas de Balzac; o España, en donde Mortadelo y Filemón podrían ser más recordados que muchos personajes de las novelas de la llamada literatura seria. Esta semana se llevará a cabo en el Centro Cultural García Márquez un encuentro entre especialistas y dibujantes de cómic para conversar sobre cómo las novelas gráficas, o las historietas son herramientas muy útiles y fundamentales en la promoción de la lectura en un país poco lector como Colombia. La idea es darle una especie de soporte teórico a la Comicteca, la primera sala dedicada exclusivamente al cómic en Colombia, que funcionará en la Biblioteca Julio Mario Santo Domingo de Suba. Para ello, participarán filósofos como Jesús Martín Barbero, Vicente Funes, de la comicteca de Murcia, en España; José Miguel Alva Marquina, de la editorial mexicana CulturaComic.com; Yasuhisa Suzuki, consejero cultural de la embajada de Japón; Lisa Mandel, guionista e ilustradora francesa y Alejandro Martín, matemático y editor lector de cómics, entre otros. La idea del encuentro es debatir la importancia y la influencia que los cómics han logrado en la cultura del siglo XX, y cómo han sido fundamentales para promover la lectura entre niños y jóvenes. Según Alejandro Martín "es extraño que se diga que es un medio para llevar a los jóvenes a otros libros. El cómic en sí mismo es muy importante, y es un medio muy interesante para introducir a los promotores de lectura en el mundo de leer imágenes y textos. Para mí, Tintin, Asterix y Mafalda, que sigo leyendo, son clave en mi historia como lector. Y el interés ha revivido gracias a novelas gráficas como las de Mau, o Persépolis de Marjiane Satrapi". Durante tres días cualquier persona que se inscriba previamente en la página www.cerlalc.com podrá asistir a conferencias y talleres que buscan darle relieve a un género visto por muchos como mero divertimento, pero que es, en esencia, igual de importante al cine o la literatura.