Cada marzo, durante seis días, Cartagena se convierte en la capital cinematográfica del país. Cineastas, actores, productores y guionistas de todo el mundo llegan a la ciudad amurallada para mostrar sus películas, competir por los premios oficiales y compartir con sus colegas. La cita, que se ha realizado sin falta durante 57 años, ya es uno de los eventos culturales más importantes del país y uno de los más antiguos y reconocidos de América Latina. Este año, por ejemplo, contó con figuras de la talla de Vincent Cassel, Denis Lavant y Apichatpong Weerasethakul. Pero este año por primera vez el cine saldrá de las murallas de la ciudad y se extenderá por más tiempo. Porque aunque el Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICCI) oficialmente terminó el pasado 6 de marzo, durante todo el año los organizadores tienen planeadas proyecciones en los 46 municipios de Bolívar y en algunos de sus corregimientos. Ver también: Una película boliviana ganó en el Festival de Cine de Cartagena “Llegaremos a territorios vírgenes que nunca han visto lo que es un cine. La idea es que todos los bolivarenses tengan acceso a cultura de calidad, no sólo los cartageneros”, cuenta Lina Rodríguez, quien desde hace 10 años ha dirigido el festival. La agenda ya está lista: cerca de 100 proyecciones en un año que beneficiarán a 70.000 espectadores, muchos de los cuales no han visto películas en pantalla grande. Trece de ellas serán en gran formato. Es el caso de Mompox, que a mediados de octubre realiza el Festival de Jazz, que en esta edición estará acompañado de una selección de películas sobre jazz curadas por el FICCI. Pero para llegar a los municipios más alejados y a los corregimientos, las otras 87 proyecciones se realizarán gracias a la FICCI-móvil, un bus que va a recorrer los caminos del departamento y que se puede adaptar como una sala de cine con pantalla y sillas. Ver también: El pueblo que hace una década vivió aislado por la guerrilla estrena festival de cine Para hacer realidad este nuevo proyecto, el festival y la gobernación de Bolívar se aliaron e invirtieron cerca de 1.700 millones de pesos. Un recurso con el que esperan que en lugares apartados, en los que muchas veces solo se habla de violencia, llegue una mayor oferta cultural. “El cine –cuenta Rodríguez– abre el universo, conecta a las familias se convierte en un espacio para conocer otras culturas, para entretenerse, para formarse, para utilizar bien el tiempo libre”. Por eso, otro de las aristas del proyecto es la entrega de 61 maletas audiovisuales –con películas y material cinematográfico– a las bibliotecas del departamento. La idea es que los profesores y los estudiantes puedan hacer cine-foros, ver cintas de calidad y discutir acerca de las historias. Ver también: El día que el cine volvió a San José de Guaviare Adicional a eso, el festival apoyará a los talentos locales. De hecho, a esta edición del FICCI asistieron 30 jóvenes del departamento que compartieron con los grandes directores y pudieron ver las películas de directores de todo el mundo. La idea es que a partir de este proyecto, el FICCI pueda empezar a tener una agenda permanente, uno de los sueños que siempre tuvo Víctor Nieto, su fundador y quien lo dirigió por casi medio siglo.