No sorprende que, año tras año, este evento se ratifique imprescindible en el calendario cultural. A finales de enero, a lo largo de casi diez días, la atención del mundo intelectual se concentra primero en Antioquia y luego en Cartagena, destinos en los que se producen varias de las conversaciones más interesantes y pertinentes de la actualidad.
Y 2023 no será la excepción. Entre el 20 y el 29 de enero, el Hay Festival regresa a Colombia por decimoctava ocasión. Se desarrollará en Jericó (del 20 al 22), en Medellín (24 y 25) y en Cartagena (del 26 al 29), ciudad constante en todas las ediciones. Otra constante del evento es la mezcla intelectual que lo ha hecho obligado en su recorrido desde Gales hasta este país (que también pasa por México, Perú y España), esa sinergia que nace de los ejes temáticos que reúne: el pensamiento, la exploración humana y social, el sentimiento, la literatura y la música, la escritura periodística, debates, economía, ecología.
El Hay es globalmente pertinente además, pues entrecruza hábilmente los ejes mencionados con la geografía, la historia y el momento presente del lugar específico y del planeta. Esto quiere decir que, en un tiempo en el que la invasión rusa a Ucrania aún ocurre, en el que en Irán se sigue ejecutando a mujeres por expresar su deseo de libertad y a los hombres que se atreven a apoyarlas abiertamente, estos asuntos tendrán un peso importante en varias charlas. Quizá las más pertinentes de esta edición incluyen a la nobel de paz 2022, Oleksandra Matviichuk. Así, ante los grandes temas, el Festival no mira para otro lado (a finales del año pasado realizó una edición en Ucrania, en días de zozobra).
En el sol o en la guerra, el festival entretiene como el circo itinerante del pensamiento y humanidad, que es, a su manera, con profundidad y pensamiento, retando las verdades que se discuten antes de pronunciarse absolutas.
Su pertinencia y expansión también se manifiestan en frentes de formación y en ámbitos académicos. En un escenario actual en el que el periodismo de investigación se ha vuelto más escaso, el Hay no solo pondrá el foco en las voces que lo mantienen vivo, vibrante, e inspirando a nuevas generaciones con su trabajo, también se propuso sembrar semillas de gestión cultural más allá de sus escenarios tradicionales. Esto con la formación de periodistas culturales jóvenes in situ. Y con el ‘Hay Comunitario’, lleva a varios barrios de la heroica (La Boquilla, Membrillal, El Pozón, Arjona, Puerto Rey y Tierra Baja) eventos gratuitos con autores, artistas y conferencistas.
Selecciones
La gama de invitados es amplia, porque no puede ser de otra manera. Esta incluye premios nobel en Literatura (Abdulrazak Gurnah), Física (Serge Haroche), Economía (Joseph Stiglitz) y dos mujeres nobel de Paz en sus entregas más recientes: la ucraniana Oleksandra Matviichuk, quien lo recibió en 2022, y la filipina María Ressa, quien lo ganó en 2021.
Desde sus diferentes campos, estos invitados de lujo ilustran el abanico de temáticas, y a esta amplitud se debe sumar también la ventana que abre el festival a expresiones artísticas como la música (representada por Andrea Echeverri, Juanes, Fonseca, ILe, La Pacifican Power y Trío Bahía) y a formatos que marcan la era actual como los pódcasts (particularmente los que informan o le toman el pulso a la era, como Deforme Semanal Ideal Total, El Hilo y Radio Ambulante). Los libros son los reyes en este festejo, pero, en su espíritu plural, no acaparan la atención.
Mirando en profundidad algunas de las ramas, vale subrayar la del periodismo. En esta, a invitados habituales de esta fiesta como Jon Lee Anderson se suman María Ressa, la nobel de Paz 2021, una titán del oficio con años de integridad en pro de la información urgente y de resistencia ante las presiones de un gobierno autoritario como lo fue el que tuvo lugar hasta hace meses liderado por Rodrigo Duterte. Y si bien Colombia conoce demasiado bien lo que representa la violencia, y esta no es parecida a la que se vive en El Salvador, la visita del periodista Óscar Martínez resulta relevante en el marco de su libro más reciente, Los muertos y el periodista, cuya lectura se hace necesaria en Latinoamérica. Además, en tiempos de un gobernante como Nayib Bukele, sin duda tendrá mucho para compartir.
En lo que a literatura refiere, la parrilla es más que profunda. La lidera el tanzano Abdulrazak Gurnah, un escritor que desde la sensibilidad del migrante mira a la colonización pasada y presente en sus manifestaciones. Lo acompañan las mexicanas Yásnaya Elena Aguilar y Lydia Cacho, el francés Jean-Baptiste del Amo, la británica Bernardine Evaristo, el cubano Leonardo Padura y más. Desde el lado de las letras colombianas, escritoras con trayectorias establecidas como Margarita García Robayo, Teresita Goyeneche, Paula Marcela Moreno y Laura Restrepo ofrecerán su sensibilidad y su proceso al lado de plumas como las de Juan Esteban Constaín, Ricardo Silva y Andrés Felipe Solano.
Entre otras apariciones recomendadas se debe incluir la de Richard Firth-Godbehere, de quien recientemente se publicó Homo emoticus: la historia de la humanidad contada a través de las emociones. El libro, desde su mirada cargada de psicología, neurociencia, arte, filosofía y religión, recorre la historia de la humanidad desde las emociones, y prueba que han modelado el mundo, que hay más que razón detrás de los giros de la humanidad.
Porque vivimos en un mundo medido por la economía, se hace difícil resistirse a la charla que ofrecerá el nobel de Economía 2001, el estadounidense Joseph Stiglitz, sobre la Economía en las Américas, y porque será nada menos que fascinante su charla. El nobel de Física 2012, Serge Haroche, nacido en Casablanca, de nacionalidad francesa, hablará sobre su libro La luz revelada: del telescopio de Galileo a la extrañeza cuántica, en el que comparte lo que sabemos hoy en día sobre la luz y cómo ese conocimiento ha conducido a innumerables inventos revolucionarios.
En últimas, aquí la mente local y la mente mundial se agitarán juntas para hacerse una.
Un evento ‘adulto’
SEMANA le preguntó a Cristina Fuentes, directora internacional de Hay Festival, qué significa la mayoría de edad, al completar 18 años en Colombia.
“Llegar a la XVIII edición del Hay en Colombia significa, en primer lugar, constatar que la cultura es un elemento fundamental de las sociedades, no un accesorio. La cultura da empleo, genera espacios de debate, entretiene y enseña, visibiliza problemáticas, nos da perspectiva, genera riqueza; los 18 años del Hay Cartagena, 11 en Medellín y cinco de Jericó, y paradas en otras partes del país como Riohacha, Barranquilla, Aracataca o Bogotá han demostrado que Colombia es un espacio privilegiado para celebrar a los grandes pensadores/as, escritores/as y artistas nacionales e internacionales, que su infraestructura turística, su prensa cultural y, además, la empresa pública y privada, apoyan y entienden los eventos de calidad.
Estamos muy emocionadas porque son 18 años de crear equipo, crecer públicos, ver a artistas colombianos consagrarse a nivel internacional y llegar hasta muchas personas que desean participar de la gran conversación que es el Hay. Ver cómo el público colombiano espera cada año el festival, cómo niños y niñas de localidades de Cartagena complementan su formación con actividades inspiradoras... no tiene precio”.