El sueño hace parte de algo cotidiano y natural del ser humano, es una acción que mantiene a una persona viva. Sin embargo, algunos duermen mucho, otros no tanto y varios luchan en el día a día para poder descansar.
Según la Biblia, Dios creó el sueño para ayudar a los individuos a renovarse, a recargarse para enfrentar el día siguiente y como una oportunidad para tener energía. Además, es una acción para tener una buena salud a largo plazo, un estado de ánimo óptimo y un adecuado estado físico.
No obstante, los textos bíblicos aconsejan que el descansar no debe ir cogido de la mano de la vagancia, la pereza y en evitar el trabajo, ya que esto hace parte de un pecado capital.
Cuando un ser humano no puede conciliar el sueño, debe encomendarse a estos versículos de la Biblia que se encuentran relacionados con él y rezarlos con fe, pues de esta forma podrá descansar mejor y estar con toda la energía que el cuerpo necesita.
- “El trabajador duerme tranquilo, coma mucho o coma poco. Al rico sus muchas riquezas no lo dejan dormir”, Eclesiastés 5:12.
- “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden”, Juan 14:27.
- “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”, Filipenses 4:6-7.
- “El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío»”, Salmo 91:1-2.
- “Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?” Los paganos andan tras todas estas cosas, pero el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas”, Mateo 6:31-34.
Cabe aclarar que algunos de los versículos bíblicos mencionados anteriormente no se refieren directamente al sueño, pero sí son reconfortantes y son palabras que a menudo los seres humanos necesitan oír antes de acostarse. Pues no solo es la lectura la que produce el sueño, sino que es la reflexión lo que ayuda.