En las Sagradas Escrituras, más exactamente en el libro de Romanos 12: 16-18, el apóstol Pablo insta a la comunidad a vivir en armonía:

“Vivan en paz y armonía unos con otros. No sean orgullosos, sino amigos de los que la gente desprecia. No se crean mejores ni más sabios que los demás. No devuelvan mal por mal. Preocúpense por ganar el respeto de todos haciendo el bien. Traten de hacer lo posible para vivir en paz con los demás”.

No obstante, las relaciones humanas presentan en ocasiones dificultades, por lo cual la Biblia constantemente exhorta a amar al prójimo y evitar las malas compañías o, como coloquialmente se conocen, “las malas energías”, como en el libro de 1 Corintios: 15-33-34:

“No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres». Vuelvan a su sano juicio, como conviene, y dejen de pecar”.

Versículos de la Biblia para una ruptura que pueden ayudar a superar esta situación difícil. | Foto: Getty Images

Salmo 59 para eliminar las malas energías

En este sentido, a lo largo de varios salmos, el rey David le manifiesta a Dios la angustia que le provocan sus enemigos ante tal persecución, por lo cual le pide ayuda.

“Líbrame de mis enemigos, oh, Dios mío; ponme a salvo de los que se levantan contra mí. Líbrame de los que cometen iniquidad, y sálvame de hombres sanguinarios. Porque aquí están acechando mi vida. Se han juntado contra mí poderosos.

La oración se vuelve una herramienta a la hora de pedir por protección. | Foto: Getty Images

No por falta mía, ni pecado mío, oh, Jehová; sin delito mío, corren y se aperciben. Despierta para venir a mi encuentro, y mira. Y tú, Jehová, Dios de los ejércitos, Dios de Israel, Despierta para castigar a todas las naciones;

No tengas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. Volverán a la tarde, ladran como perros, y rodearán la ciudad. He aquí proferirá con su boca; espadas hay en sus labios, porque dicen: ¿quién oye?

Mas Tú, Jehová, te reirás de ellos; te burlarás de todas las naciones. A causa del poder del enemigo esperaré en ti, porque Dios es mi defensa. El Dios de mi misericordia irá delante de mí; Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo.

La oración es un acto de fe. | Foto: Getty Images

No los mates, para que mi pueblo no olvide; dispérsalos con tu poder, y abátelos, Oh, Jehová, escudo nuestro. Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios, sean ellos presos en su soberbia, y por la maldición y mentira que profieren.

Acábalos con furor, acábalos, para que no sean; y sépase que Dios gobierna en Jacob hasta los fines de la tierra. Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros, y rodeen la ciudad. Anden ellos errantes para hallar qué comer;

Y si no se sacian, pasen la noche quejándose. Pero yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana tu misericordia; porque has sido mi amparo, y refugio en el día de mi angustia. Fortaleza mía, a ti cantaré; porque eres, oh, Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia”.