El teatro original
El presidente Rafael Núñez inauguró el Teatro Colón el 12 de octubre de 1892. Le había encargado al arquitecto Pietro Cantini construirlo sobre la calle 10 con carrera 5, frente al Palacio de San Carlos, la residencia presidencial de entonces. Sin embargo los planos que trajo Cantini de Italia, al mejor estilo del siglo XIX, ya eran obsoletos. La caja escénica, el corazón de todo teatro, era demasiado pequeña e impedía montar grandes escenografías. Cantini trajo especialistas de Italia, que además capacitaron la mano de obra local. Esto hizo que desde el comienzo el Colón se convirtiera en un lugar de enseñanza donde los colombianos aprendían los oficios del teatro y se especializaban en escenografía, música, danza y ornamentación. En 1890 el Colón se convirtió en el primer edificio de Bogotá iluminado con electricidad. Era urgente, pues los espectadores sentados bajo la lámpara central, obra del italiano Luigi Ramelli, debían soportar las quemaduras de la cera que rodaba por sus 32 velas. Como la casa presidencial aún no tenía luz, el teatro la compartió con ella. Ese mismo año se terminó otra de sus más emblemáticas joyas, el telón de boca, adornado con las musas de la Poesía y la Música, con grandes personajes de las óperas más reconocidas y con indígenas, campesinos en ruana y conquistadores españoles, es obra del artista florentino Annibale Gatti. La tela fue pintada a mano y por eso cada doblez equivocado amenazaba con resquebrajar el dibujo. El actual Aunque al comienzo de las obras, la idea era simplemente restaurar el teatro, en medio del proceso el Ministerio de Cultura decidió intervenirlo integralmente para convertirlo en un teatro vivo, a la altura de los retos escénicos del siglo XXI. De hecho, la idea de su actual director, Manuel José Álvarez, y de la ministra Mariana Garcés es convertirlo en un centro cultural que sea democrático e incluyente para todos los colombianos. Durante años especialistas trabajaron para agrandar la caja escénica y retocaron el telón, la yesería y la pintura. El precario tamaño del escenario no solo amenazaba con convertir al teatro en un museo sino que además había sido construido con una ligera inclinación, que se corrigió en el proceso. Esta ampliación y la compra de equipos de última tecnología costó 27.000 millones de pesos. Ese precio incuye también la restauración del telón de boca, al que el especialista mexicano Rodolfo Vallín le devolvió su viveza. A futuro el teatro quiere convertir a los jóvenes en asiduos visitantes. Por eso la programación incluirá innovadoras mezclas que funden la música clásica con el hip hop o la electrónica, y abrirá espacio tanto al ballet como a la cumbia y a la zarzuela. Para convertirse en un escenario para todos los colombianos los espectáculos serán más diversos y la boletería tendrá precios más asequibles, entre los 15.000 y los 100.000 pesos. Además, los estudiantes, los militares, las personas de la tercera edad y los discapacitados tendrán el 50 por ciento de descuento. A futuro
En 2018 el teatro quedará convertido en un gran centro cultural que apoye a los artistas nacionales en todas las artes escénicas. A la sala principal de 900 personas se le sumarán tres más, una de 200, otra de 500 y una ‘caja negra’ que cambiará según el espectáculo foto). Además de la Sinfónica Nacional, la orquesta del teatro, tendrá un espacio donde ensayar. También habrá un centro de documentación, pequeños lugares de ensayo, cafetería, restaurante, tienda y parqueaderos. El centro cultural del Colón hace parte del proyecto del gobierno para revivir el centro de Bogotá y convertirlo en un lugar de residencia y no de paso. Estación Arte Viva de la Sabana, otro escenario Para ampliar su público el Colón creó una segunda sede en la Estación Arte Viva de la Sabana. Allí queda la escuela de escenografía y la sede de la Escuela Nacional Circo para todos. Además, hay una pantalla gigante que presentará en vivo y en diferido todos los espectáculos del Colón con boletas a 5.000 pesos. Para desarrollar la apuesta educativa, todos los artistas que se presenten dictarán cursos, charlas y talleres sobre su oficio con entrada libre. A futuro la dirección del teatro quiere que las presentaciones sean emitidas en diferido para colegios y universidades.