El ser humano por naturaleza comete errores con frecuencia. Su tendencia al mal es el pan de cada día, tal como lo indica la Biblia, que es considerada por los cristianos, como la palabra de Dios.
En ese sentido, es normal que se produzcan roces entre las personas, o haya incomodidades por alguna cosa que se haya dicho, ya sea intencionalmente o no. Además, es natural que se digan ofensas o que existan problemas en las relaciones interpersonales; esto incluye las relaciones de pareja, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, entre otros.
Así las cosas, muchas de las afirmaciones que se dicen (sobre todo, en medio de discusiones), son producto del orgullo, pues en ocasiones las personas quieren tener la razón y para eso, buscan el punto débil de la otra persona, y ofender, insultar o humillar se hace demasiado fácil.
Pero cuando la calentura del momento de ira, rabia o molestia pasa, quedan las palabras que han ofendido a los demás y que, al pensarlo mejor (con cabeza fría), no debieron haber sido dichas, porque -en ocasiones estas se dicen para herir- y cuando el daño ya está hecho, es difícil repararlo.
Y es que no se puede negar que ofrecer disculpas o pedir perdón es complejo, porque implica dejar a un lado el orgullo y reconocer que -de pronto- en algún momento, se falló.
Sin embargo, parte de la sanidad (en el alma y el corazón) que se necesita en la vida, incluye el hecho de pedir perdón o perdonar a alguien, e incluso a sí mismo, ya que algunas veces las personas son tan duras y tan severas consigo mismas, que se hieren y no se dan la oportunidad de fallar y/o levantarse para seguir adelante.
“El perdón es una decisión voluntaria y consciente, que nos libera de sentimientos negativos, como el rencor, resentimiento, enojo, dolor. Como actitud, implica estar dispuesto a aceptar la responsabilidad de las propias percepciones, comprendiendo que son opciones, no hechos objetivos”, señala el portal del Gobierno de México.
Dicho esto, la Biblia registra varios versículos en los que habla de perdón y su importancia para poder vivir en armonía:
Mateo 18:21 - 22
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
Proverbios 25:21 - 22
Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, Y si tuviere sed, dale de beber agua; Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, Y Jehová te lo pagará.
Colosenses 3:13 - 14
Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros, si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
Lucas 6:37 - 38
No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
Marcos 11:25-26
Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.