Emperor y Necrophobic: vientos helados del norte
La noche del 16 de abril de 2024 quedará marcada en la historia de los fanáticos del metal extremo en Colombia, ¡y no es para menos! Del norte de Europa arribaron dos bandas representativas en el mundo.
La cita fue en el Royal Center, un lugar que ha sido testigo gran variedad de artistas y que invocaba esta vez a dos agrupaciones de gran calibre: Necrophobic y Emperor, un dúo de lujo que formó parte de la más reciente edición del Bogotá Metal Fest.
Las puertas se abrieron a las 6:30 de la tarde, como se había previsto. Los fanáticos, ansiosos por presenciar el ritual de metal que se llevaría a cabo, ingresaron en orden. Luego de aproximadamente hora y media, a las 7:30 de la noche, desde Suecia apareció en escena Necrophobic.
Esperados por un gran séquito de seguidores, estos músicos son bien conocidos por mezclar los sonidos del black y el death metal, lo que ha dado como resultado música aplastante y llena de energía, fue el inicio de un frenesí de emoción y algarabía. Para muchos, fue una espera que valió la pena; la blasfemia y la muerte que acompañan las letras de sus canciones, así como la contundente ejecución de sus instrumentos, llenaron de vida el recinto (casi a reventar).
Si bien, inicialmente, la voz del vocalista Anders Strokirk se escuchaba un poco más baja en comparación con los instrumentos, la energía y puesta en escena que tuvieron fue brutal al interpretar temas como “Stormcrow”, la coreada “Revelation 666″, “Blinded by light - Enlightened by darkness” y “The Nocturnal Silence”.
Después de prácticamente una hora en el escenario, la banda se fue en medio de aplausos y gritos del público, que esperó un buen tiempo para poder verla en Colombia. Por fin.
Faltando poco para que fueran las nueve de la noche, el turno fue para las leyendas del black metal: Emperor. Los noruegos regresaron al país después de dos años, en el mismo recinto donde hicieron su primera aparición en Colombia.
La agrupación conformada por Ihsahn, Samoth y Trym llegó complementada por Secthdamon (bajo) y Jørgen Munkeby (teclados), interpretó canciones de sus cuatro álbumes de estudio, en los que plasmaron, con total sincronía y técnica, un elegante y a la vez contundente black metal sinfónico con tintes progresivos. La agrupación sorprendió a sus fanáticos con canciones que no habían tocado en su anterior visita, el clásico “Into the Infinity of Thoughts” (con la cual abrieron el show), así como otra que fue una novedad y sorpresa: “The Burning Shadows of Silence”.
Tampoco faltaron himnos que si bien ya habían sonado en su primera visita, no podían quedarse afuera: “I am the Black Wizards”, “Inno a Satana” y “With Strength I Burn”, por nombrar algunas.
La respuesta del público a las canciones fue sublime para los músicos nórdicos, que dieron fin a su espectáculo alrededor de las 10:20 de la noche y se despidieron del público colombiano con fotos para el recuerdo. Fue una noche especial para los amantes del metal extremo, una experiencia inolvidable con dos bandas de gran trayectoria y calidad musical únicas. Las puertas quedan abiertas para futuras visitas, que siempre llenarán las expectativas de todos los fanáticos en Colombia.
Soen: rock progresivo y heavy metal fueron ley en la parte industrial de Bogotá
Mientras tanto, en la zona industrial de Bogotá, en Calle 13 Bar, otra banda procedente del norte (desde Estocolmo, con amor) se prestaba para salir al escenario. No deja de llamar la atención la respuesta del público metalero: el domingo 14 fue a ver a Sepultura, el lunes 15 de abril fue a Amorphis y a Gamma Ray; y el 16, el turno fue para Emperor, Necrophobic y Soen. A pesar de calendarios, bolsillo, tiempo y distancias, todos los eventos tuvieron una respuesta más que positiva.
Pasadas las nueve de la noche, el quinteto conformado por el uruguayo Martín López (ex-Opeth), el canadiense Cody Ford, el ucraniano Oleksii Kobel y los suecos Joel Ekelöf y Lars Enok Åhlund, saltó al escenario con la canción “Sincere”, de su más reciente trabajo, Memorial, lanzado el año pasado y que le da el nombre a la gira. “Martyrs”, “Savia”, “Memorial”, “Unbreakable”, canciones de su creciente discografía (que empezó en 2012) sonaron en el lugar; el público, que desde el comienzo entró en un estado de trance, coreó y saltó todo el tiempo, aunque también hubo momentos llenos de emotividad con canciones como “Monarch”, “Illusion” y “Lotus”, que demostraron la versatilidad y la potencia de la voz de Joel Ekelöf, hoy en día una de las mejores voces en el metal y el rock pesado.
Complejos solos de bajo y guitarra, atmósferas creadas con teclados, la potencia de la batería (que inevitablemente recuerda a Opeth y también deja cierta sensación de que hay influencias del candombe uruguayo) se complementaron con la ya mencionada voz de Ekelöf. Rock progresivo y heavy metal fueron la ley en la parte industrial de Bogotá.
En el famoso encore hubo un éxtasis máximo… “Antagonist”, una de sus canciones más aclamadas, tronó en el recinto, que por un momento pareció ceder ante tanta energía. Tal vez estos sonidos y letras no son tan oscuros como los de otras periferias y presentaciones de hace algunas semanas en Bogotá, pero su llamado y crítica al andar actual del mundo, además de la introspección humana y sus sentimientos, sin dudas, fueron más que suficientes para hacer temblar oídos y suelos. “Violence”, también del álbum Memorial, cerró una noche especial. A las 10:45 las almas volvieron a los cuerpos de los presentes, artistas y público.
A las once de la noche, Bogotá cambió. Las invasiones nórdicas dejaron su huella, y por supuesto todos esperan que haya más invasiones de buena música desde cualquier región.
Nota del editor: los organizadores de este concierto no compartieron fotografías, pero lo importante es que sigan haciendo grandes conciertos, que suenen cada vez mejor.
Para ver qué viene en esta indetenible ciudad rock que es Bogotá, consulte nuestra agenda rock de abril. La ciudad ya se va preparando para la doble noche de Megadeth en el Movistar Arena. Y se sabe que ahí no hay pierde, que todo es triunfo, Swaying to the Symphony...