La fe y la espiritualidad son dos elementos considerados claves dentro de la sociedad por muchos devotos. Esto se debe a que la religión y sus cultos forman parte importante del entorno diario de muchas personas en la actualidad y desde tiempos ancestrales.
Con el paso del tiempo y la llegada de las nuevas generaciones, algunos de estos cultos han buscado cierta transformación que les permita modernizar parte de sus prácticas. Sin embargo, la mayoría de estos se mantiene sobre sus mismas bases: la creencia en una deidad específica y la devoción por ciertas escrituras religiosas que estipulan principios fundamentales para la vida.
De manera concreta, una de las escrituras religiosas más reconocidas a nivel mundial es la Biblia, un conjunto de libros canónicos que marcan una historia clave para algunas religiones, a través de ciertas parábolas y relatos que cuentan la vida de Dios, así como su papel frente a la sociedad y sus feligreses de manera puntual.
Dentro de estas escrituras, es necesario mencionar el surgimiento de algunas figuras alternas de culto, las cuales, con el paso del tiempo, también han recibido una gran devoción por parte de los creyentes, como lo es, por ejemplo, el caso de los arcángeles.
¿Qué son los arcángeles?
Estas figuras están encargadas de la protección del ser humano durante su vida, con el fin de atraer beneficios a sus creyentes en el día a día. Respecto al arcángel encargado de la protección de ciertos individuos en concreto, esto puede variar de acuerdo con el día de nacimiento de la persona. Entre las opciones, se encuentran los arcángeles Gabriel, Rafael, Metatrón, Azrael, Raziel, Sariel y Miguel.
Este último recibe una gran devoción por parte de muchos creyentes, gracias a la protección que brinda a distintos devotos, ya sea en el plano espiritual o terrenal. Por ello, existen oraciones específicas con las cuales el ser humano puede fortalecer su creencia y espiritualidad, y abrir caminos para su beneficio. Un buen ejemplo de ello es la siguiente oración:
“Amado san Miguel Arcángel, abre las puertas que están cerradas, para que pueda superar todas las malas circunstancias y me permitas alcanzar la prosperidad espiritual y material que tanto necesito y que solo tú me das. Oh, glorioso arcángel, doy gracias por lo que harás.
Te pido que rompas las barreras que me oprimen, despeja y libera mis caminos, para que no me falte salud, trabajo ni amor para dar. Todo lo que no sea digno o agradable a tus ojos salga de mi vida. Te doy las gracias, san Miguel, porque abrirás los caminos que necesito. Amén”.
De esta forma, se recomienda realizar esta oración con fe y devoción, con el fin de obtener los beneficios solicitados.