San Patricio es uno de los santos más populares alrededor del mundo y es que, gracias a su gran reconocimiento que tiene en Irlanda, ya que se le identifica como el santo patrono de este país por ser el fundador del cristianismo allí, es muy famoso también porque utilizaba un trébol como símbolo de su labor evangelizadora.
Es por esta labor y por dicho reconocimiento que cada 17 de marzo se celebra la fiesta de San Patricio, como honor y recordación a la fecha de su muerte.
Vale la pena señalar que San Patricio fundó colegios con un gran enfoque religioso y gracias a ello parte de su misión fue la de expandir y convertir hacia el cristianismo a esta parte de Europa.
De acuerdo con World History Encyclopedia, San Patricio fue vendido como esclavo en Irlanda cuando este solo tenía la edad de 17 años. Asimismo, el portal mencionado anteriormente destaca que luego logró escapar a su opresión y logró llegar a a Gran Bretaña, donde se radicó y allí se ordenó como obispo.
De San Patricio se reconoce que en varias ocasiones se burlaron de su fe y es que en una oportunidad llegó a un desierto en compañía de unos marineros y, al ver que no había comida allí, rezó y se encomendó a Dios pidiendo por alimento. En seguida, las personas que lo vieron se burlaron de él, pero gracias a esto aparecieron varios cerdos que sirvieron de comida para el grupo de gente, destacó la enciclopedia en línea.
Aunque no es gracias a este tipo de actos que se le conoce como el santo de la buena suerte. Este título se lo gana como consecuencia de usar el trébol para evangelizar al pueblo. Además, vale la pena rescatar que, desde años atrás, se cree que esta planta es de buena suerte, por lo que su presencia y prédica era un buen augurio para las poblaciones que visitaba este santo.
Asimismo, dentro de estas creencias se le atribuye que, con el trébol, San Patricio explicaba la Santísima Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Además de ello, San Patricio vestía de color verde y este color es asociado con la buena suerte y con la esperanza. Es por lo anterior que la creencia, a través de los años, sigue viva.