En la actualidad, la vida sexual de una persona es completamente libre y desligada de cualquier creencia, pues el cuerpo es propio y no se debe estar arraigado a los comentarios ajenos. Cada persona tiene las condiciones para decidir cómo llevar este asunto íntimo, compartiendo experiencias y momentos con parejas.
Desde la parte médica se asegura que tener una vida sexual sana y activa es bueno para la parte emocional y física de los seres humanos. El sexo puede funcionar como un escenario para conectar con otros, disfrutando y conociendo más de los placeres.
Sin embargo, en muchas culturas y religiones, los encuentros sexuales fuera del compromiso o matrimonio no son bien vistos, considerándose adulterio. En ocasiones se llega a castigar fuertemente a quienes realizan estos actos, especialmente si se trata de una mujer.
A pesar de que existen movimientos y pensamientos que van en contra de estas tradiciones, basándose en la libertad de cada persona, aún existen en la actualidad aquellos que lo consideran un pecado.
De hecho, la religión católica y cristiana habla en sus sagradas escrituras sobre el valor de la intimidad en el matrimonio. Aunque no se comenta exactamente de las relaciones sexuales antes de este sacramento, sí hay partes en las que se reprocha a quienes deciden “inmoralizar la sexualidad”.
La postura de la Biblia ante las relaciones íntimas es que solamente se deben llevar a cabo cuando hay matrimonio, y el contacto físico no se debe dar antes de que se llegue al altar. En textos se condena el “codicioso apetito sexual”, el cual puede afectar el vínculo entre una pareja.
¿Qué dice la Biblia sobre las relaciones sexuales antes del matrimonio?
Hay varias partes de los textos sagrados donde se comenta acerca de las prácticas sexuales fuera del matrimonio, considerándolas impuras y pecadoras.
1 Tesalonicenses 4:3
“Lo que Dios quiere es que ustedes vivan consagrados a él, que nadie cometa inmoralidades sexuales y que cada uno sepa portarse con su propia esposa en forma santa y respetuosa”
1 Corintios 6:9
“No se dejen engañar, pues en el reino de Dios no tendrán parte los que cometen inmoralidades sexuales, ni los idólatras, ni los que cometen adulterio”
Efesios 5:3
“Que la fornicación y la inmundicia de toda clase, o la avidez, ni siquiera se mencionen entre ustedes”
Sin embargo, en la actualidad este acto ya no se considera algo legítimo de la religión, sino algo personal de cada ser humano, eligiendo cómo lleva sus encuentros con cada pareja.