De acuerdo con la Real Academia Española (RAE) el chisme es “una noticia verdadera o falsa, o comentario con que generalmente se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna”. Una práctica muy común en diferentes espacios (familiares, laborales y sociales) que las Sagradas Escrituras rechazan.
Una de las primeras murmuraciones y chismes que relata la Biblia se encuentra en el libro de Números 12:1-2 donde Aarón y Miriam (hermanos de Moisés) hablan mal de Moisés:
“Moisés había tomado por esposa a una mujer cusita, así que Miriam y Aarón empezaron a murmurar contra él por causa de ella. Decían: «¿Acaso solo por medio de Moisés ha hablado el Señor? ¿No ha hablado también por medio de nosotros?». Y el Señor oyó sus murmuraciones” , se puede leer en el texto bíblico.
Acto seguido, las Escrituras cuentan que el Señor descendió en una columna de nube y defendiendo a su siervo, dijo:
“»Cuando un profeta del Señor se levanta entre ustedes, yo le hablo en visiones y me revelo a él en sueños. Pero esto no ocurre así con mi siervo Moisés, porque en toda mi casa él es de mi confianza. Con él hablo cara a cara, claramente y sin enigmas. Él contempla la imagen del Señor, ¿cómo no tienen miedo de murmurar contra mi siervo Moisés?». Entonces la ira del Señor se encendió contra ellos y el Señor se marchó”, indica Números 12: 7-9.
De hecho, Salmos 15:2-5a señala: “Solo el de conducta intachable, que practica la justicia y de corazón dice la verdad; que no calumnia con la lengua, que no le hace mal a su prójimo ni le acarrea desgracias a su vecino; que desprecia al que Dios reprueba, pero honra al que teme al Señor (...) no caerá jamás”.
Consejos para evitar el chisme, según las Sagradas Escrituras
Jesucristo, durante su ministerio que duró tres años, les dijo a sus discipulados: “»Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros”, dice Juan 13:34.
En este sentido, los creyentes son motivados a amar a su prójimo y una de las formas que se alejan de esto, es hablando chismes de otros, tal cual, lo dice Proverbios 11:19 “Con la boca el impío destruye a su prójimo, pero los justos se libran por el conocimiento”.
Incluso el apóstol Pablo en Efesios 4:29, puntualiza: “Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan”.
Finalmente, el Salmo 34:13 precisa: “Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño”.