El Evangelio recuerda que Dios siempre está en la vida de cada uno de sus hijos para sanar a las personas desde lo más profundo de su ser.
La confianza en la misericordia de Dios y en que todos los pecados serán perdonados es el hilo conductor de la Palabra de Dios en el día de hoy.
Lecturas del jueves 4 de julio de 2024
Lectura de la profecía de Amós. Amós 7, 10-17
“En aquellos días, Amasías, sacerdote de Betel, envió un mensaje a Jeroboan, rey de Israel: ‘Amós está conspirando contra ti en medio de Israel. El país no puede ya soportar sus palabras. Esto es lo que dice Amós: Jeroboán morirá a espada, e Israel será deportado de su tierra’”.
“Y Amasías dijo a Amós: ‘Vidente: vete, huye al territorio de Judá. Allí podrás ganarte el pan, y allí profetizarás. Pero en Betel no vuelvas a profetizar, porque es el santuario del rey y la casa del reino’. Pero Amós respondió a Amasías:’Yo no soy profeta ni hijo de profeta”.
" Yo era un pastor y un cultivador de sicomoros. Pero el Señor me arrancó de mi rebaño y me dijo: Ve, profetiza a mi pueblo Israel’. Pues bien, escucha la palabra del Señor: Tú me dices: ‘No profetices sobre Israel y no vaticines contra la casa de Isaac’.Por eso, esto dice el Señor:’ Tu mujer deberá prostituirse en la ciudad, tus hijos y tus hijas caerán por la espada, tu tierra será repartida a cordel ,tu morirás en un país impuro e Israel será deportado de su tierra’”.
Salmo de hoy
Salmo 18, 8. 9. 10. 11. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
“La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye a los ignorantes”.
“Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos”.
“El temor del Señor es puro y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos”.
“Más preciosos que el oro, más que el oro fino; más dulces que la miel de un panal que destila”.
Evangelio del jueves 4 de julio de 2024
Lectura del santo evangelio. San Mateo 9, 1-8
“En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. En esto le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico:’¡Ánimo, hijo!, tus pecados te son perdonados’”.
“Algunos de los escribas se dijeron: ’Este blasfema’. Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo:’¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: «Tus pecados te son perdonados », o decir: « Levántate y echa a andar »?”
“Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados, entonces dice al paralítico: ‘Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa’. Se puso en pie y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad”.