Tras la muerte del maestro Fernando Botero, en la mañana de este 15 de septiembre, la vida del reconocido pintor e ilustre artista colombiano ha sido recordada e inmortalizada a través de los distintos momentos que marcaron el andar no solo de su arte, sino también de sus vivencias y legado alrededor de todo el territorio mundial.

Botero atravesó distintas experiencias a lo largo de su vida, las cuales le sirvieron de gran inspiración para buena parte de sus obras y sus pinceladas para el mundo, como lo fueron por ejemplo, sus tres casamientos, así como también, el nacimiento de sus cuatro hijos.

Sin embargo, una de las experiencias que sirvió como gran inspiración para el pintor, a la hora de realizar una de sus obras más ilustres, fue de las más tristes y desalentadoras para el artista: el fallecimiento de su cuarto descendiente, Pedro Botero Zambrano.

Maestro Fernando Botero. | Foto: Guillermo Torres Reina

Pedrito fue fruto del segundo casamiento del maestro, contraído con Cecilia Zambrano en el año 1964, luego de la primera unión del artista con Gloria Zea, durante la cual tuvo un total de 3 hijos, Fernando Botero Zea, Lina Botero y Juan Carlos Botero Zea.

El último de estos hijos, falleció a la corta edad de cuatro años, un 17 de abril, luego de un trágico accidente de tránsito mientras la familia se encontraba de vacaciones en Sevilla, España. En estas también se encontraban presentes su madre, sus hermanos, Fernando y Lina, al igual que su padre, el maestro Fernando Botero, quien sufrió graves heridas en sus manos perdiendo la falange de uno de sus dedos.

Esto produjo un evento completamente trágico que puso de luto no solo a la familia Botero Zambrano, sino también a todo el mundo del arte, volcado en apoyo del artista colombiano, también con el fin de que este pudiera recuperarse de los fuertes daños que había sufrido especialmente en su mano derecha.

Fernando Botero sufrió la pérdida de su hijo cuando este tenía tan solo 4 años de edad. | Foto: MONDADORI PORTFOLIO/Massimo Sestini

Si bien, esto correspondió a un hecho bastante triste y lamentable en la vida del pintor, funcionó nuevamente como una gran inspiración. Según expresó años atrás su hijo, Juan Carlos Botero Zea en una entrevista para Blu Radio, esta fue una experiencia muy traumática para el artista, ya que no solo perdió a su hijo, sino que estuvo muy cerca de perder su mano derecha, y por tanto la habilidad para pintar.

Botero Zea recuerda que ese suceso fue devastador para toda la familia, y que generó fuertes emociones dentro de la misma, especialmente por la joven edad en la que se encontraban tanto él como sus hermanos.

Sin embargo, esta experiencia también funcionó como inspiración para la construcción de una de las obras más ilustres del pintor colombiano, como lo fue Pedrito a caballo, una obra donde el artista conmemoró y recordó a su hijo.

Fernando Botero pintó 'Pedrito a caballo', tras la muerte de su hijo. | Foto: Massimo Sestini/Getty/Museo de Antioquia

Este dolor fue tan fuerte para el pintor, que duró meses solo pintando esta obra, encerrado en un estudio en París, tratándose de una obra prácticamente sagrada para él. A través de los trazos de esta obra, se puede ver a Pedro sobre un caballo de juguete, pero a su vez, se logra ver a un costado de él a un padre viendo a un hijo fallecido, y del otro lado, un hogar vacío y solitario.

Esta obra que se encuentra en el Museo de Antioquia. Según reseñó el medio TeleMedellín, fue la primera obra realizada por parte del artista luego del accidente y de poder recuperar de manera adecuada la movilidad en su mano derecha. Por esto, muchos la consideran la obra con mayor significado e importancia en la carrera de Botero.