Si hay una obra musical que los expertos consideran casi perfecta, esa es la de Johann Sebastian Bach. Y no solo desde un punto de vista subjetivo, pues para muchos su música tiene como ninguna otra el poder de inspirar, sino por hechos objetivos: Bach construyó sus composiciones a partir de las relaciones numéricas de los sonidos, de frecuencias, de medidas rítmicas y de estructuras proporcionadas. El resultado es pura simetría y equilibrio. No en vano, dicen que el alemán se adelantó en cuanto a fundir la música y las matemáticas. Eso resulta claro en obras como Las variaciones Goldberg, en la que desarrolla 30 a partir de un tema inicial y todo el tiempo juega con las proporciones y las simetrías. O en El arte de la fuga, la obra que no alcanzó a terminar debido a su ceguera, pero que encanta a los estudiosos de la música por la maestría que demuestra en el contrapunto --la relación entre dos voces diferentes, que suenan en armonía--, y por la forma en la que altera progresiones y series.

Entre las obras más conocidas de Bach, el compositos destacado de esta edició, están Los conciertos de Brandeburgo, El clave bien temperado, la Misa en si menor, Pasión según Mateo, El arte de la fuga y Ofrenda musical.  Le recomendamos: Ciencia y sonido, la apuesta del Cartagena Festival Internacional de Música 2019 Lo cierto es que Bach solo llevó a la práctica una idea ya discutida desde mucho tiempo atrás: ver a la música no solo como un arte, sino como una ciencia. Pitágoras, el filósofo y matemático griego que vivió entre 569 y 475 a. C., ya había planteado algo parecido a partir del concepto de la armonía celeste, según el cual al universo lo rigen proporciones numéricas equilibradas, por lo que los movimientos y las relaciones entre los astros reflejarían proporciones musicales escuchables, como una especie de música del cosmos. Platón y Aristóteles desarrollaron ideas similares, así como algunos pensadores que siguieron trayendo a colación las ideas pitagóricas hasta bien entrado el Renacimiento. De hecho, no era raro que los científicos y los astrónomos estudiaran también teoría musical, así como Johannes Kepler, quien desarrolló algunos de los estudios más importantes sobre el movimiento de los planetas alrededor del Sol y escribió libros sobre la relación entre la música y la astronomía. Cartagena se convierte en un escenario para escuchar lo mejor de la música clásica. Toda una tradición que ha formado público y que ha convertido al festival en uno de los eventos culturales imperdibles del año. Eso ha llegado hasta hoy con la teoría del todo o la teoría de las cuerdas, desarrollada hacia los años ochenta, que dice que todas las partículas son, en realidad, diminutas cuerdas que vibran a cierta frecuencia. Vea también: La misteriosa historia detrás del Réquiem más famoso de Mozart Por eso, no es extraño que los organizadores del Festival Internacional de Música de Cartagena, entre el 4 y el 13 de enero, hayan decidido dedicar la nueva edición del evento, que cada año se toma los escenarios de la ciudad amurallada, a la relación entre música y ciencia, y más específicamente a la importancia de las formas y los números en la música. “Siempre me ha fascinado este tema, esta relación entre la música, que es un arte, con la ciencia -explica Antonio Miscená, director musical del evento-. Y hace tres años, cuando vi en Londres a la Philarmonia Orchestra, que tiene programas específicos con los museos de ese país, me dije que había que traer algo así”. Y aunque la relación entre la música y la ciencia abarca muchos campos, como la tecnología para la música o las matemáticas, decidieron enfocarlo en un tema que reunía muchos aspectos: la armonía celeste, el concepto de Pitágoras sobre la perfección del universo y la armonía de la música. Bach estará en el centro de todo, pero también habrá espacio para otros compositores, clásicos y contemporáneos, como Beethoven, Mozart o Samuel Barber. “Bach es crucial, es el corazón de esta edición del festival -explica Miscena-. Y todo porque en su último periodo compuso algunas obras en las que buscaba un proyecto universalista, como el de Pitágoras. Por eso, están llenas de conceptos matemáticos, enigmas, numerología, astronomía y una búsqueda constante por la simetría. Sus partituras siempre tienen secretos y cosas nuevas para los estudiosos”. Para interpretar su música, a Cartagena vienen algunas orquestas, grupos y solistas reconocidos en el circuito de la música clásica: la Philarmonia Orchestra de Londres, con 60 años de historia; el Cuarteto de Cremona, por primera vez en el país; el New York Polyphony, un cuarteto de voces masculinas, y los pianistas Angela Hewitt, Víkingur Ólafsson y Ramin Bahrami, entre otros. Todos expertos en Bach y con distintas formas de aproximarse a su obra. También le puede interesar: Nelson Freire, el prodigio brasilero que toca piano desde niño También habrá, como siempre, espacio para el talento colombiano con la Orquesta Filarmónica de Medellín, la Filarmónica Joven de Colombia, el compositor Jorge Pinzón y el violonchelista Santiago Cañón. Durante el evento, además, se presentará Così fan tutte, una ópera de Mozart coproducida por el Festival de Cartagena y el Festival de Spoletto (uno de los más reconocidos de Italia), con talento de ambos países. Es la segunda vez que ambos festivales se unen para llevar al escenario una ópera: la primera vez lo hicieron con Las bodas de fígaro, en 2017. Così Fan Tutte: Una de las óperas menos ejecutadas de Mozart, en una coproducción del Festival de Cartagena con el Festival de Spoleto, de Italia. El 11 de enero a las 7:00 p. m. o el 13 de enero a las 5:00 p. m. en el Teatro Adolfo Mejía. Por otro lado, el festival tiene otros espacios para que la gente disfrute de lo mejor de la música clásica: una exposición de luthería italiana (el arte de confeccionar y reparar instrumentos), una zona para mostrar lo mejor de la relación entre música y tecnología (con universidades colombianas, experiencias de realidad virtual y empresas como YouTube y Google), charlas sobre temas musicales y las conferencias-conciertos de Giovanni Bietti, pianista y compositor italiano reconocido por explicar en forma didáctica la música clásica y la importancia de los distintos compositores. En este caso, hablará sobre la música de Bach. Como cada año, Cartagena se convierte en un escenario para escuchar lo mejor de la música clásica. Toda una tradición que ha formado público y que ha convertido al festival en uno de los eventos culturales imperdibles del año.  Los recomendados Entre todos los conciertos programados entre el 4 y el 13 de enero, SEMANA recomienda estos para llevarse una buena impresión de lo mejor del festival. Armonía Celeste

El evento inaugural, a cargo de Philarmonia Orchestra de Londres y de la pianista Angela Hewitt, con el Concierto número 1 para piano de Bach y algunas obras de Mozart, Beethoven y Aaron Jay Kernis. El 4 de enero a las 7:00 p. m. en el Teatro Adolfo Mejía. Armonía de los números

El pianista Víkingur Ólaffson interpreta junto a Philarmonía Orchestra el Concierto número 5 para piano de Bach y obras de Stravinski, Bártok y György Sándor Ligeti. El 6 de enero a las 7:00 p. m. en el Teatro Adolfo Mejía. Enigmas y Simetrías

El Cuarteto de Cremona interpreta la segunda parte de El arte de la fuga, una de las grandes composiciones de Bach, y La gran fuga, de Beethoven. El 7 de enero a las 4:00 p. m. en la Capilla Sofitel Legend del Hotel Santa Clara. Vox Celestis

El cuarteto de voces New York Polyphony cantará algunas de las obras polifónicas y religiosas más importantes del Renacimiento. El 9 de enero a las 11:30 a. m. en la Casa 1537. Così Fan Tutte

Una de las óperas menos ejecutadas de Mozart, en una coproducción del Festival de Cartagena con el Festival de Spoleto, de Italia. El 11 de enero a las 7:00 p. m. o el 13 de enero a las 5:00 p. m. en el Teatro Adolfo Mejía. El juego simétrico de las partes

El pianista de origen iraní Ramin Bahrami y el violonchelista colombiano Santiago Cañón tocarán La ofrenda musical, de Bach. Imperdible. El 11 de enero a las 8:30 p. m. en la Capilla Sofitel Legend del Hotel Santa Clara.