Así como aquel viejo coronel de su obra, que no tenía quien le escribiera y vivió sus últimos 15 años esperando la pensión, hoy Gabriel García Márquez no tiene quien lo venda. Por lo menos eso dicen los pequeños libreros colombianos. Mientras que en las estanterías de todo el continente, desde las grandes y emblemáticas como El Ateneo, de Buenos Aires; Gandhi, de Ciudad de México, y Barnes & Noble, de Nueva York, hasta las más pequeñas, se consiguen las obras del nobel en ediciones para todos los gustos y los bolsillos, en Colombia comprar uno de sus libros no es tan fácil. Todo por cuenta de un sistema de ventas que les deja  pequeños márgenes de comisión que ofrece la editorial Norma, dueña de los derechos de Gabo en el país, como ya lo había señalado Nicolás Morales en su columna de Arcadia hace unos meses, y Juan Gabriel Vásquez en El País de España a principios de año. Lea aquí la columna de Nicolás Morales: Gabo y su editorial desalmada “Desde entonces se hizo algo de ruido mediático pero nada más. La geopolítica de los libros de Gabo no ha cambiado en las librerías pequeñas de Bogotá ni mucho menos en las regiones”, asegura Morales. Basta con recorrer La madriguera del conejo, Prólogo, Babel, Alejandría y Casa Tomada, por mencionar algunas de Bogotá, y preguntar por Cien años de soledad para toparse con un “no hay” como respuesta. En el mejor de los casos, se podrá conseguir algún ejemplar, pero en otros idiomas.  Vea el video Buscando los libros de Gabo Algo paradójico  si se tiene en cuenta que Gabo es el único nobel colombiano y el mayor orgullo de la literatura nacional. Además, es uno de los autores más buscados, pues tan solo Cien años de soledad, su obra cumbre, ha vendido más de 30 millones de ejemplares en el mundo y ha sido traducida a unos 35 idiomas. “Los libros de Gabo siempre venderán. No se vuelve un hueso, como le decimos en la industria a los que se quedan en los estantes”, asegura Felipe Ossa, gerente de la Librería Nacional, que cada 15 días pide reposiciones de los libros del nobel para siempre tenerlos entre sus existencias. Para las librerías más pequeñas, a diferencia de esta gigantesca tienda de libros con 34 sedes en Colombia, la historia es muy distinta. Para ellas vender a Gabo es difícil. Aunque estos lugares son un paraíso para los amantes de la lectura, dentro del mercado editorial son pequeños jugadores y si se acogieran al modelo de negocio propuesto por Norma, según dicen, perderían.  Esta empresa, a la que SEMANA intentó contactar infructuosamente en varias oportunidades, les propone a los libreros trabajar en firme y no dejar las obras del autor en depósito, como se acostumbra. Es decir, deben sacar de su bolsillo para comprar los libros de contado. “Y el margen de ganancia es mínimo, ni siquiera alcanza para cubrir los gastos de arriendo y administrativos de la librería”, dice David Roa, de La madriguera del conejo.  Una librería de estas, a manera de ejemplo, le compra un libro a una editorial en seis pesos para luego venderlo al público en diez, pero en el caso de los libros de Gabo –según explica Roa– tienen que pagar 8,5 y venderlo a los mismos diez. Una inversión que solo resulta favorable para las librerías de cadena y los supermercados o grandes superficies. A comienzos de este año, ante las quejas constantes de los libreros independientes, Norma les propuso destinarles un vendedor exclusivo. “No nos cumplió. Es paradójico que la única empresa editorial grande colombiana no le da libros a las pequeñas”, asegura Ana María Aragón de Casa Tomada. Actualmente en su establecimiento ofrece siete novelas de Gabo, pero en inglés, y si alguien le pide especialmente alguna novela en español prefiere pedirlas por internet a España y pagar el envío.  Toda esta historia comenzó a finales de 2011 cuando Carvajal Educación, propietaria del sello Norma, decidió  concentrarse exclusivamente en textos escolares y en sus líneas infantil, juvenil y de gerencia. Solo conservó en literatura adulta la obra de García Márquez. De ahí que las ediciones de Gabo que publica son de bolsillo, ideales para estudiantes, pero no para aquellos que buscan ediciones de lujo.  Algo positivo para muchos, pues las novelas del nobel vienen  en ediciones accesibles por su precio: una colección de 15 títulos a menos de 20.000 pesos cada uno.  Felipe Ossa sostiene que detrás de esta disputa no hay  un complot  sino un problema financiero de una compañía, Norma,  que ha perdido su capacidad para distribuir de manera masiva los libros. Por su parte, Enrique González, presidente de la Cámara Colombiana del Libro, sostiene que solo ha oído rumores sobre este caso, pero de haber una queja oficial, aunque no tienen facultades para intervenir en las políticas internas, podrían sugerir que se cambien los parámetros de venta y negociación.  Según el crítico literario Luis Fernando Afanador,  “el error de Norma está en despreciar a las editoriales pequeñas pues aunque vendan menos tienen un gran potencial. Ahí es donde va la gente que ama la literatura, donde nacen los lectores y está el verdadero público minoritario que hace que las obras permanezcan vivas”.  Los libreros pequeños hacen una propuesta: que Penguin Random House, la multinacional que tiene los derechos del nobel a nivel mundial, adquiera la distribución para Colombia y así pueda ofrecer condiciones más justas en un negocio tan complejo como el editorial. Sobre todo, en un país en el que se vive el realismo mágico, pero poco se lee.  Homenaje a Gabo El escritor será motivo de diferentes celebraciones esta semana.

En el marco del Día del Idioma, el próximo 23 de abril,  están programados una serie de eventos culturales para rendir tributo a Gabriel García Márquez. Gabo lectura: el Ministerio de Cultura, a través del Plan Nacional de Lectura y Escritura, organiza una jornada nacional de lectura en voz alta de El Coronel no tiene quien le escriba. En Bogotá la cita es en la Biblioteca Nacional de Colombia desde las diez de la mañana hasta las tres de la tarde. El área cultural del Banco de la República en Cali desarrollará un taller para niños y jóvenes en el que se analizará la lectura de la obra periodística del nobel. Desde las 2 de la tarde. Palabras al Viento es una iniciativa de el Instituto de Cultura de Pereira. A partir de las nueve de la mañana, en diferentes lugares de la ciudad, se introducirán fragmentos de la obra de Gabo en globos inflados con helio para  soltarlos al aire. Los libros de la discordia Estas son cuatro de los 15 títulos que publicó Norma por los 30 años del nobel.