En 2024 celebramos el centenario del Surrealismo. De hecho, en 1924, el poeta André Breton publicó el Manifiesto del Surrealismo, dando vida a uno de los movimientos artísticos más importantes del siglo XX que quería expresar una realidad superior, hecha de irracional y onírico, para revelar la aspectos más profundos de la psique. Por lo tanto, el arte se convierte en un medio para trasladar al lienzo imágenes oníricas y delirios del inconsciente, miedos, ansiedades, a través de imágenes con significado simbólico.
Entre las diversas técnicas surrealistas —gracias a los recientes estudios del jovencísimo artista italiano Giovanni Guida— se está redescubriendo el Grattage, que consiste en “raspar” —con instrumentos puntiagudos de diversos tipos— la pintura aún húmeda extendida sobre el lienzo para resalta la capa subyacente de color.
Para comprender mejor este proceso artístico, partamos del año 1925, cuando el pintor alemán Max Ernst (un artista inquieto y atormentado —hablaba de sí mismo en tercera persona— padecía alucinaciones desde niño) redescubrió el frottage, una técnica basada en el principio del frotamiento. Ernst observó atentamente un antiguo suelo de madera, donde la veta de las tablas se había acentuado debido al roce debido a la acción de las personas, al movimiento de muebles o a la caída de diversos objetos, a lo largo de los años. Al finalizar la observación, el pintor alemán colocó una hoja de papel sobre el suelo de madera y la frotó con un lápiz para obtener una copia del relieve.
Posteriormente, Max Ernst traspuso la técnica del frottage, generalmente aplicado sobre papel, a la pintura al óleo, dando origen así al proceso del grattage, que tiene en sí mismo un fuerte valor simbólico, muy cercano a la forma de trabajar del gran artista Miguel Ángel Buonarroti, que trabajó el mármol “sustrayendo”, quitando el material y no modelando un material dúctil.
En 2020, la pandemia de Covid-19 se extendió a nivel mundial y el artista Giovanni Guida —utilizando las técnicas surrealistas antes mencionadas— creó una obra que inmediatamente se volvió viral en el mundo con el título “Y tú sanarás de todas las enfermedades y yo cuidaré de ti”: Dios que desmaterializa la estructura molecular del virus en el planeta, poniendo fin a la epidemia. Esta pintura destaca tanto el deseo de humanidad para todas aquellas personas que lucharon en primera línea contra el virus, como también el uso de estos procedimientos pictóricos originales e inusuales relacionados con el automatismo psíquico, con el juego desinteresado del pensamiento (en ausencia de cualquier control ejercido por la razón, al margen de cualquier preocupación estética, cultural y moral).
Nacido en Acerra en 1992, Giovanni Guida vive en Cesa (su estudio está inmerso en un panorama único en el mundo donde los árboles de uva Asprinio se convierten en arquitectura paisajística, de hecho forman una barrera vegetal capaz de superar los 20 metros de altura) en la provincia de Caserta, donde se encuentra el famoso Palacio Real (inspirado en el Versalles de Luis XIV). Guida se graduó con honores en Pintura en la Academia de Bellas Artes de Nápoles. El joven artista innovó el grattage utilizando, además de pinceles y espátulas, nuevas herramientas, utensilios comunes y objetos cotidianos, como esponjas, cepillos de acero, estiletes, escalpelos, puntas, sacapuntas de hierro, pantallas de acero, cuchillas y pequeños bloques de metal. El artista vincula indisolublemente el grattage con la filosofía de Heidegger porque de ella surge la verdad oculta; al velo de Maya de Schopenhauer que cubre la esencia de las cosas y, finalmente, hay una clara alusión al velo del templo que se rasgó en dos y que devuelve lo Espiritual al arte.
Sus pinturas se caracterizan por el noble azul del lapislázuli (el abrazo cósmico y aterciopelado que impregna la atmósfera, absorbe y calma), la plata (que recuerda a esculturas preciosas) y el oro (“metafísica de la luz”).
Guida es famoso por sus “Cincuenta sombras de azul” (especialmente el azul cerúleo), que lo vinculan a Carlos III de Borbón, rey de España (gobernante particularmente apegado al azul que simboliza la elevación de la Virgen María con respecto a la condición humano), a los jugadores de la selección italiana (llamado “gli azzurri”) y del Napoli, a la bandera nacional de Argentina y al eterno futbolista Diego Armando Maradona.
En 2016-2017 su icono “Caesarius Diaconus” que representa al santo tutelar de los emperadores romanos, Cesareo diácono (mártir designado para reemplazar el culto pagano del gran líder romano Julio César y el primer emperador de la historia, César Augusto. El Papa Juan Pablo II era muy devoto de esto santo, invocado por el éxito de la cesárea) se exhibe en famosos museos, catedrales y basílicas de todo el mundo.
Giovanni Guida tiene la necesidad de descubrir continuamente —más allá de toda medida— cosas nuevas en el Arte para enriquecer la Belleza de la Creación; regenerarse en la locura del ‘Don de uno mismo’, devolviendo el Arte a su sentido original de “práctica del don”.