Hace 250 años se publicó la novela epistolar Las penas del joven Werther, que ayudó a Johann Wolfgang von Goethe, de entonces 25 años, a alcanzar su éxito mundial. Existe el rumor de que el emperador francés Napoleón Bonaparte la leyó siete veces. Se dice que, cuando conoció a Goethe, apenas habló de otra cosa.
El protagonista de la novela es Werther, a quien siempre lo llaman por su apellido y no parece tener nombre. Se enamora de Lotte, que ya está comprometida. Mientras Werther continúa desarrollando sus sentimientos por ella, Lotte permanece fiel a su prometido. Cuando Werther no ve otra salida al amor no correspondido, acaba quitándose la vida.
Jóvenes en la “fiebre de Werther”
En la época del Sturm und Drang —un movimiento literario pionero del romanticismo alemán, literalmente traducido como “tormenta e ímpetu”—, los escritores jóvenes se rebelaban contra la obsesión de la nobleza por la razón. Y Goethe capturó ese espíritu de la generación joven de la época con su Werther. Muchos jóvenes parecían empatizar e incluso identificarse con el protagonista.
Esto se expresó, entre otras cosas, en imitaciones de la moda descrita en la novela. “Por ejemplo, la gente vestía como Werther: chaqueta azul y chaleco amarillo, lo cual era bastante inusual”, describe Heinz Drügh, profesor de historia literaria de los siglos XVIII y XIX en la Universidad Goethe de Frankfurt. Este fenómeno suele denominarse como la “fiebre de Werther”. Drügh describe a Werther como un “fenómeno paneuropeo”, pero hasta el día de hoy sigue siendo muy popular en el este de Asia.
Goethe: ¿como una estrella de pop?
¿Puede una novela tener todavía una influencia tan grande en la sociedad actual? “Creo que las fuertes experiencias de identificación actuales provienen más del cine y la música que de la literatura”, explica Drügh.
Werther “abrió algo nuevo” y Goethe inició con ello una nueva manera de pensar. Desde la perspectiva actual, Goethe era quizás algo así como una “estrella de pop”, dice Drügh, “porque el tipo de identificación con este texto era tan fuerte como podría serlo con la cultura pop actual”.
“El efecto Werther”
Sin embargo, la influencia de Werther también tuvo sus lados oscuros. Porque la “fiebre de Werther” también incluye el “efecto Werther”: tras su publicación se produjeron varios suicidios relacionados con la novela. Por tanto, el propio Goethe publicó una segunda versión de la novela. La segunda versión era más extensa y tenía como objetivo ayudar a distanciarse de Werther al leer.
El término “efecto Werther” fue acuñado 200 años después por el sociólogo David Philipps, para explicar cómo las representaciones románticas del suicidio en los medios de comunicación pueden desencadenar comportamientos imitativos, especialmente entre los jóvenes.
¿Cuáles son hoy los modelos a imitar?
Hace apenas unas décadas, las estrellas del pop eran los modelos clásicos a seguir. El psicólogo y psicoterapeuta Lothar Janssen explica que hoy en día, gracias a las redes sociales, los modelos a seguir —especialmente para los jóvenes— se están fragmentando cada vez más en “subsegmentos que ya no son tangibles”.
Janssen habla de “mini-Werthers” en Internet: jóvenes que comparten en las redes sociales cómo afrontan sus enfermedades mentales. Muchos se identifican con ellos, aunque sus publicaciones suelen tener “rasgos de autopromoción” y llegan sin filtros a un público amplio a través de Internet.
Los expertos subrayan que es importante abordar abiertamente las enfermedades mentales y el suicidio, pero es crucial cómo se trata el tema, especialmente en los medios de comunicación. Para evitar el “efecto Werther”, hay que tener cuidado de no romantizar las enfermedades mentales y el suicidio.
Sin embargo, las estrellas del pop no están completamente descartadas. La cantante estadounidense Taylor Swift, por ejemplo, se acerca mucho al modelo clásico. A su alrededor se ha formado una comunidad en la que los aficionados se sienten “acogidos y bien”, explica el psicólogo Janssen. Aunque Goethe ya no clasificaría en la actualidad como una estrella o modelo a seguir, él y sus obras, entre ellas Los sufrimientos del joven Werther, siguen siendo conocidos hasta el día de hoy.
De DW.