Queda poco tiempo para el espectáculo de la banda francesa Gojira en Bogotá y bien vale hacer un recuento enfocado en aquello que hará del espectáculo uno de primera clase: su música.
Estos cuatro tipos de Bayona, Francia, Joe Duplantier (vocales/guitarra), Christian Andreu (guitarra), Jean-Michel Labadie (bajo) y Mario Duplantier (batería), que completan ya ocho trabajos de estudio, comenzaron a tocar en 1996 y a lanzar música a comienzos de este siglo por su propio impulso independiente. Y así sacaron su LP debut Terra Incognita (2001). En el concierto que viene, tocan poco de este disco, un medley que arranca con “Love” y emparejan con “Remembrance” de su segundo disco The Link (de 2003, y del que también es lo único que tocan).
La primera parte de su carrera Gojira fue más bien un secreto guardado, porque siempre tuvieron madera en su mezcla de death, thrash, groove, metal progresivo y math metal, pero eso no se traduce automáticamente en mayores audiencias e interés.
La perseverancia paga si el talento la soporta, y con nuevos trabajos vino mayor notoriedad para la banda. Con The Link y con From Mars to Sirius (2006), se pusieron en el mapa para no volver a salir. Comenzaron a volar cabezas en distintos festivales y a alimentar el voz a voz de algo a lo que había que ponerle cuidado. Nunca dejó de sorprender esa apretada descarga de riffs y la matemática arrolladora de la banda, condensada por esa batería de Mario Duplantier, un fuera de serie en los tambores. Aquí el setlist se calienta. De este trabajo han tocado dos canciones en esta gira, muy al principio del espectáculo: “Backbone” y “Flying Whales”. Ambas son nada menos que impresionantes y dejan entrever mucho de su interés por tocar en sus letras temas relacionados al hombre con su entorno, su planeta.
Su siguiente entrega The Way of All Flesh (2008) los vio hacer ruido en listas estadounidenses, un hecho que derivó en firmar contrato con un sello grande, Roadrunner Records. De este trabajo comparten “Toxic Garbage Island”, tan progresiva y cortada como ofrecen estos genios. El que logra bailarle a esta baila lo que sea.
Y entonces llegamos a la carne del asador, los tres trabajos más recientes. L’ Enfant Sauvage (2012), inspirado en la película de François Truffaut del mismo nombre, los confirmaba mundiales en su alcance. La música aquí se da más aire, en el sentido en que baja revoluciones para luego dar el estallido. De este trabajo lanzarán aquí la impresionante canción que da nombre al álbum y “The Gift of Guilt”, de cadencia más lenta pero no menos contundencia cuando propone sus quiebres y su puente arrollador. De nuevo, la batería de Duplantier demuestra su capacidad de jugar con los espacios y llenarlos tan satisfactoriamente que no deja de maravillar sin importar cuantas veces se escuche.
Quizá su álbum más exitoso a la fecha vino en 2016. Magma es una tormenta que los vio figurar entre los nominados al Grammy (que algo dice de su notoriedad creciente más no de su calidad, que ya se había probado hacía rato). De esta joya lanzarán tres temas fijos: “Stranded”, “The Cell” y “Silvera”; y también comparten una bestia como lo es “Hold On”, mi favorita, si nada extraño sucede. En Buenos Aires no sonó, en Chile y en otros países sí. Es quizá la única pieza que viene y va del setlist., la sacrificada ante contratiempos
Por último, el protagonista principal, Fortitude, que llegó en 2021, en tiempos en los que el planeta se debatía entre la zozobra y la supervivencia, un trabajo que mira desde su portada misma a lo ancestral que tanto se pordebajea y tan esencial resulta en enderezar el camino de esta especie. Como lo dijimos en su momento, es “grito de denuncia, es grito de resistencia, es grito de humanidad”.
El setlist
En su gira actual ha variado poco la lista de canciones, y ya mencionamos la pieza más frágil, que ojalá en Colombia no dejen de tocar. Sea como sea, no hay pierde con estos monstruos del tamaño de Godzilla. Aquí las canciones que tocaron en Chile...