La habilidad de crear con las manos es un arte al que pocos se dedican, pues requiere un gran esfuerzo, tiempo y creatividad, entre otras cosas, para realizar un buen producto.

Para quienes han decido dedicar su vida a la filigrana en Mompox, les resulta fácil encajar cada detalle con piezas de oro y plata tan únicas como este municipio. Sin embargo, esta es una labor que requiere mucha paciencia y respeto por una tradición que ha perdurado en el tiempo en una de las ciudades más mágicas de Colombia.

La materia prima para trabajar la filigrana para que se puedan realizar cada uno de los accesorios viene del sur de Bolívar, siendo el departamento que produce cerca de cuatro toneladas anuales, lo que representa el 6 % del total nacional.

El potencial minero está en el sur de Bolívar, donde figuran 159 títulos, donde hay una presencia importante de productores tradicionales y crece el interés de empresas del sector. Sin embargo, esta región es blanco de la explotación ilícita de minerales, pues según cifras oficiales por lo menos el 70 % de la actividad de la zona se desarrolla bajo está condición, especialmente por grupos armados.

Durante la época colonial, la ciudad fue el principal puerto intermedio del país. Por tal motivo, cuando llegaron los españoles las minas de Antioquia fueron explotadas para sacar oro y plata. Con su llegada, también arribaron numerosas personas de diferentes lugares, entre ellos los artesanos sevillanos, quienes se encargaron de enseñar en Mompox el arte de convertir finos hilos de metal en piezas únicas, refinadas y atemporales.

En los últimos diez años los creadores de Mompox se han preocupado más por innovar en los diseños de cada pieza que realizan, una vez tienen la idea decidida, la trabajan con paciencia y exactitud. Foto: Andrea Gómez | Foto: Andrea Gómez

Esta técnica artesanal ha pasado de generación en generación y ha hecho que este municipio encuentre en dicho trabajo una forma de economía sostenible no solo para quienes lo realizan, sino para que los jóvenes encuentren un mejor futuro e, incluso, emprendan con sus propias marcas.

Doris Peñalosa, dueña de la joyería Wamaris, habló con SEMANA y señaló que fue una de las mujeres que decidió continuar con esta tradición, perteneciendo a la tercera generación en su familia en heredar no solo los diseños elaborados por su abuelo, sino el amor por este arte.

“La cuestión de la filigrana es realizar hilos muy finos de plata o de oro y trenzarlos a mano, esa es la técnica que nosotros utilizamos. Todo empieza por la elección de la materia prima. En los tiempos del abuelo, él sólo trabajaba el oro de 14 y 18 quilates, pero con el paso del tiempo nosotros decidimos trabajar también la plata”, dijo.

Para hacer un buen trabajo de filigrana, en Mompox, los artesanos usan oro y plata, la cual está en gramos pequeños para poder trabajarla. Foto: Andrea Gómez | Foto: Andrea Gómez

Peñalosa explicó que después de la elección de la materia prima “pasamos a los diseños para saber qué calibres vamos a utilizar en las formas y qué tipo de tejidos van a ser incorporados. Una vez conocemos la cantidad de hilo que se va a usar, se pasa al proceso de fundición”. Entre los tejidos más usados se encuentran: el pandero, el caracol, el zigzag, los ramales y el tomatillo, cada uno de los cuales forma parte de las piezas y, dependiendo de su combinación, el tiempo de elaboración varía.

“Los diseños trabajados por el abuelo y por mi papá han ido evolucionando y son característicos de la filigrana Momposina. El zigzag y el ramal, por ejemplo, son tejidos que se trabajan con estructura mientras que los caracoles son tejidos que generan volumen y ayudan para hacer piezas más variadas y llamativas”, contó Peñalosa a este medio.

En promedio, la elaboración de un par de aretes puede demorarse de dos a tres días, dependiendo de la medida de la pieza y la cantidad de trabajo que lleve. “La pieza, entre más tipos de tejido lleve, más tiempo de elaboración consumen, mientras que si lleva un solo tejido, se hace con más facilidad y la producción es más rápida”.

Para la fundición de estos elementos los grados son distintos, ya que la plata se funde a 920° y el oro a 1.020°. “Las herramientas que se utilizan para este proceso son un soplete de boca ancha, el crisol y la lingotera, que es para los moldes”, explicó Doris a este medio.

Para el proceso de fundición del oro y la plata, es necesario usar herramientas específicas, a una temperatura indicada, luego de ello, el mineral está listo para usar. Foto: Andrea Gómez | Foto: Andrea Gómez

Cuando se habla de realizar hilos muy delgados, se trata de pasar el lingote a través de una máquina hasta que la pieza gruesa vaya quedando delgada, similar a un hilo, pero de plata o de oro. “Este trabajo de hilado se hace para llegar al calibre de la estructura porque para el calibre de los tejidos internos, que son de 0.22 –que es lo más fino– se estaría demorando aproximadamente unas seis horas en solo el hilado”.

Cabe mencionar que el oro es más difícil de trabajar que la plata, ya que para el hilado el tratado de este material se debe hacer con más cuidado porque se calienta más rápido y se puede romper durante el proceso.

Algunos de los diseños de esta joyería momposina han sido heredados por la primera generación que inició con el trabajo de la filigrana. La paciencia, la dedicación y la precisión, son características indispensables para el resultado final. Foto: Andrea Gómez | Foto: Andrea Gómez

Otro punto importante y a favor del trabajo de la filigrana es que las herramientas que se usan para hacer el trenzado y para producir estas piezas, vienen fabricadas por un hombre que trabaja el hierro el Mompox; por consiguiente, se está generando más empleo en el municipio. “José María lleva mucho tiempo elaborando estas piezas y es quisquilloso con sus herramientas porque si tú llevas una herramienta de otro lugar, te dice que la arregles donde la compraste (…) Él le ha vendido a todas las generaciones, para nosotros como orfebres se nos hace más fácil trabajar con el tipo de herramientas que él hace, porque además de que son muy buenas, tienen garantía”, le contó a SEMANA, Doris.

Una vez se consolida cada uno de los diseños que van a componer la pieza inicial, estos se empiezan a unir para que finalmente se pueda mostrar el accesorio completo, todo trabajado y cuidadosamente unido por las manos y la creatividad de los momposinos.

Además de realizar accesorios, la compañía también hace piezas de plata y oro por encargo, relacionadas con bandejas u otro tipo de diseños para regalos exclusivos y especiales.

La empresa Wamaris lleva legalmente constituida 11 años, pero desde que el abuelo y el papá de Doris iniciaron con todo el trabajo de la filigrana, suman 64 años. Ella espera que sus hijos continúen con la herencia familiar y cultural por más tiempo, pues al igual que su familia, sus pequeños ya se están dejando seducir por el encanto y el amor en la elaboración de estas admiradas piezas.