En este momento se encuentra un grupo de manifestantes en la sede de Casa Babylon de Chapinero en Bogotá exigiendo la devolución de su dinero tras la cancelación del evento que iba a llevarse a cabo este fin de semana (19, 20 y 21 de marzo) en el Parque Recreativo Playa Hawai en Ibagué.
En el lugar hay personas de otros países de Latinoamérica, como Ecuador y Costa Rica que viajaron a Colombia con el único propósito de asistir al Jamming Festival.
Videos que circulan por redes sociales dan cuenta del malestar de los jóvenes que llegaron hasta el bar para reclamar por su dinero. Algunos de ellos llenaron de grafitis las paredes del bar y escribieron en las entradas frases como “ladrones”, “mentirosos” y “devuelvan la plata”.
Por su parte, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) anunció que se dispone a realizar el seguimiento a este evento, debido a que “al parecer las condiciones inicialmente informadas sobre el evento, los artistas y el orden de las presentaciones de los mismos habían variado, sin que presuntamente hubiesen informado a los consumidores”.
¿Irresponsabilidad en la información?
No obstante, varios expertos aseguran que, a la espera de una explicación oficial, lo más seguro es que el alcalde de Ibagué tenga razón en cuanto a que el evento se canceló debido a las irregularidades presentes en el listado de artistas anunciado por los organizadores.
Aunque las personas que habían comprado sus boletos sabían que grupos como Black Eyed Peas, Los Cafres, Maldita Vecindad, entre otros, habían anunciado su retiro del Jamming Festival, al parecer la cifra de artistas que no asistiría sería mayor a la informada por los encargados de este evento.
Así lo supuso la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), que en las últimas horas comunicó que había iniciado un “riguroso seguimiento” del orden interno del Jamming, con el fin de verificar si los rumores eran o no ciertos y de esta forma garantizar que los derechos de los consumidores (en este caso los espectadores) no fueran vulnerados en ningún momento.
De acuerdo con esta entidad, los primeros indicios de la investigación, que tiene como protagonistas a los dirigentes de Buena Vibra Eventos E.U., empresa productora encargada del evento, arrojó que, al parecer, “las condiciones inicialmente informadas sobre el evento, los artistas y el orden de las presentaciones de los mismos, habían variado, sin que presuntamente se hubiesen informado a los consumidores de manera clara, veraz, suficiente, oportuna, verificable, comprensible, precisa e idónea”.
Asimismo, según la SIC, la empresa no solo habría caído en el error de no anunciar sus problemas, sino que además tampoco estaría informando las posibles soluciones frente a esta difícil situación.
Teniendo en cuenta esto, la SIC ordenó a Buena Vibra Eventos E.U. que era obligatorio informar clara y concisamente a todos los espectadores, no solo la lista real de artistas confirmados para el evento, sino también el orden en el que aparecerían, así como el escenario en el que desarrollarían su presentación.
“(Deben enviar) vía correo electrónico, mensaje de texto u otro medio de comunicación directa y personalizada, a cada persona que adquirió boletas para asistir al evento los días afectados con alguna variación de las condiciones inicialmente anunciadas, las alternativas de solución ofrecidas y el procedimiento para acceder a las mismas”, añadió el comunicado de la SIC.