Es una institución del techno desde mediados de los años ochenta, respetado por su producción musical y su ejecución orgánica, y porque en casi 30 años de carrera nunca ha cesado su esfuerzo de romper paradigmas. El 16 de septiembre Jeff Mills le dará banda sonora a la noche bogotana con su techno característico en el marco del Link Festival, un evento con raíces belgas que llega por primera vez a la capital.

Este ‘estadounidense universal’ toca con la propiedad de quien no dejará de intentar, y habla con la perspectiva del antropólogo musical que detecta, explora y comenta caminos abiertos y por recorrer. Esto le dijo a SEMANA sobre la música, el público y sus proyectos experimentales más recientes, que miran a los planetas y a las estrellas.

SEMANA: Se dice que es una leyenda viva por su promoción, ejecución y expansión de la música. Después de tanto tiempo, ¿cómo recibe ese rótulo?

Jeff Mills: Mi perspectiva siempre ha sido la de contribuir a nuestro arte. No he concentrado mis esfuerzos en ganar algo o lograr algo más allá de ese impulso. He creado música reconocida, y música que no ha sido reconocida, pero siempre he vivido la idea de llevar la música eléctrónica a nuevos lugares.

En video: Su track The Bells, de 2006, suele enloquecer al público

SEMANA: Sus creaciones más recientes suman a ese espíritu explorador. Usted integra a su trabajo orquestas, bailarines asiáticos...

J.M.: El tiempo se aprovecha mejor creando nuevas fórmulas y tratando de encontrar distintos caminos para usar la música electrónica: aplicarla a películas, a la danza contemporánea, a otros géneros de música. Eso siento cómodo. Considerando todo lo que se ha hecho en el pasado, creo que la idea de colaborar, de mezclar y juntar distintas vertientes refleja el punto en el que deberíamos estar. Producir algo nuevo tiene sentido, echar mano de lo que hemos hecho en las últimas décadas, no.

Con la Filarmónica de Montpellier, probando sonidos y abriendo caminos https://open.spotify.com/album/5cGGbqp1MwjYQkoQx89ZLn

SEMANA: La ciencia ficción es una fuerza creativa en sus nuevos trabajos, ¿hace cuánto lo mueve?, ¿por qué lo mueve?

J.M.: Sé que me interesó mucho antes que la música. Crecí leyendo, siguiendo, estudiando la ciencia ficción, así que la influencia funciona al revés, la ciencia ficción vino primero. Y creo que si dejo de hacer música en algún punto, seguramente la ciencia ficción me seguirá interesando, y sabré canalizar ese interés de alguna forma. La verdad, cada vez me gusta más, me adentro más, y me alegra mucho poder integrarla a mi profesión. No recuerdo cuándo sucedió, pero tuvo que ver con mis grupos de amigos. Compartíamos comics (tenía todo de Marvel, algo de DC), veíamos películas y cosas así.

Según lo veo, es el vehículo apropiado para describir situaciones que superan lo que podemos expresar con palabras, o de formas artísticas. La música electrónica tiene la capacidad de transmitir conceptos sin alfabeto, más allá de la comprensión; sensaciones para las que no hay palabras aún, y por eso el matrimonio entre la música electrónica y la ciencia ficción me parece perfecto.

SEMANA: ‘Planets’, o ‘Lost in Space’, ¿de qué se tratan?

J.M.: Lost in Space es un trabajo que viene, experimental. Planets requiere un conjunto clásico, una orquesta filarmónica. Es una creación que explora los nueve planetas y el espacio entre ellos, y los viajes entre uno y otro. Es un viaje musical-tutorial a través del sistema solar, artístico pero basado en ciencia. Aún no he pensado en cómo traducirlo desde la perspectiva de fiesta DJ.

La idea es que Planets dure mucho tiempo. Apenas empezamos con el lanzamiento de los discos en distintos formatos y varios conciertos. Hemos planeado explorar muchos aspectos de los planetas. Buscamos investigarlos individualmente, sus lunas. Y actualizar todo para mantenerlo a tono con los avances de la ciencia. Además, el proyecto me trasciende, pues cuando no lo pueda seguir haciendo espero que alguien lo tome y lo extienda. Está diseñado como un proyecto que puede extenderse durante siglos.

En video: Saturn from Planets de Jeff Mills

En video: Lost in Space de Jeff Mills

SEMANA: Su espíritu de colaboración es palpable, su proyecto está diseñado para trascenderlo, ni siquiera debe ser solo suyo.

J.M.: De nuevo, la palabra clave es "contribución". Eso es lo que hago, también lo que hacen otros músicos que crean música y disc jockeys que la tocan. Todos contribuimos a este enorme cuerpo de pensamientos e impresiones creativas.

Descarto la idea de hacer algo que solo viva mientras yo viva, o solo cuando yo quiera. Si uno crea, otros deberían poder retomarlo y llevarlo más lejos. En la música electrónica no debemos actuar como lo hicieron otros géneros. Podemos evitar las limitaciones que estos mismos se impusieron, como rock, y el jazz. Podemos ser más libres, y diseñar nuestro género con cada paso que damos. Depende de nosotros qué hacer. Es temprano, la música electrónica tiene unos 30, 40 años, y aún establecemos las bases.

SEMANA: Hay debates sobre la virtud de ‘disc jockeys‘ que llenan estadios, a los que se critica por espichar un botón y bailar, ¿participa usted en esa discusión?

J.M.: Desde que he hecho parte de esta industria, la he asumido como una variedad de personas que proponen una variedad de alternativas por una variedad de motivos. Siempre ha sido así.

La gente aborda un nicho que apoya pues le gusta, sencillo. Para mí, tener estas variaciones es saludable. Usted puede ser un DJ comercial de EDM (Electronic Dance Music) que viaja en jets privados y llena estadios, o puede ser un artista underground, de pensamiento y arte progresivo, innovador, que tiene también su nicho y público que le permite hacerlo de forma consistente.

Así pues, no creo que nadie esté haciendo algo malo, o haciendo daño a la música. Es mejor algo que no hacer nada y, además, el tiempo se encarga de poner todo en su lugar. La gente recordará lo que creyó importante. Si hubo suficiente peso, queda en las memorias a largo plazo, se vuelve historia.

Esta industria está hecha por gente devota a la música, a involucrarse y aprovechar el sentimiento de libertad del que hablé antes. El rumbo todavía depende del artista y de sus deseos. Esa libertad es la que trato de ejercer, trato de mantener mi arte simple, honesto, puro, no asumo caminos que no entiendo, y no trato de presentar algo que yo mismo no pueda explicar.

SEMANA: ¿Cambia mucho su material dependiendo del país en el que toca?

J.M.: Es mi primer viaje a Colombia, y tengo muy buenas referencias. Estoy ansioso de llegar y vivirlo por mi cuenta. Ahora, en general, el material cambia. Las audiencias a veces son muy jóvenes, a veces hay una mezcla de joven y más adultos y eso influye.

Además, hay mercados en los que la gente tiene una comprensión más profunda de la música y sus distintos tipos, en los que se puede experimentar. Digamos, en París se puede hacer y explorar la electrónica de una forma oscura y exótica, y el público lo entenderá. En otros lugares hay que dar un paso atrás. Quizás hay menos mezcla cultural, y vale explorar de dónde surge su conocimiento de historia musical y de jugar con eso. Así lo veo. Los buenos DJ y productores lo saben.