Cuando una persona fallece, generalmente en el funeral y en la iglesia, se rezan diferentes oraciones para encomendar el alma del difunto a Dios. En muchas ocasiones, la lectura se encuentra a cargo de un sacerdote u oficiante, pero los familiares también la pueden hacer.
Sin embargo, con el pasar del tiempo las personas cercanas suelen escoger una oración para rezar por su eterno descanso o darle gracias por su vida, sus logros, por los momentos compartidos y para pedirle a la divinidad que lo acoja en su luz.
Ante dicha situación, se acogen al rosario en la vigilia previa al funeral, este es un rezo tradicional católico que conmemora veinte misterios de la vida de Jesucristo y de la Virgen María, recitando después de anunciar cada uno de ellos un padre nuestro, diez avemarías y un gloria al Padre.
El rosario representa las rosas, a modo de oración que son ofrecidas a la Virgen María, en sus distintas etapas de la vida a modo de misterios. Pero muchas personas no saben cómo rezarle un rosario a los recién fallecidos, lo cual se hace de la siguiente manera:
- Recite el rosario como lo hace normalmente, es decir, haga la señal de la cruz, y con el Credo de los Apóstoles, recitando un Padre Nuestro, tres veces el Avemaría y un Gloria.
- Rece el santo rosario al tiempo que recuerde los misterios gloriosos, que son:
- La resurrección de Jesús
- La ascensión de Jesús
- La venida del Espíritu Santo
- La asunción de María al cielo
- La coronación como reina del cielo.
Cabe mencionar que si la oración se encuentra en grupo, debe anunciar cada misterio antes de recitar cada diez avemarías. También, debe dejar que un misterio se comience en grupo y luego sigue el que lo dirige.
- Incluya una oración especial por los fallecidos a medida que avanza a través de las cuentas del rosario. Después de la “Gloria”, rece la oración del Eterno Descanso: “el descanso eterno le conceda, oh Señor, y brille la luz perpetua, que descanse en paz, Amén”.
El salmo para alejar a los enemigos
Según evoca esa plataforma, David eleva sus peticiones al cielo para ser librado de sus enemigos. Dios gobierna en Jacob hasta los confines de la Tierra. Lo que se debe pronunciar es:
Al músico principal: al son de Al-tasjet. Mictam de David, cuando Saúl envió hombres a vigilar la casa para matarlo.
Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; ponme a salvo de los que contra mí se levantan.
Líbrame de los que hacen iniquidad, y sálvame de hombres sanguinarios.
Porque, he aquí, han puesto acechanza contra mi vida; se han juntado contra mí poderosos, no por transgresión mía ni por pecado mío, oh Jehová.
Sin delito mío corren y se preparan; despierta para venir a mi encuentro, y mira.
Y tú, Jehová, Dios de los ejércitos, Dios de Israel, despierta para castigar a todas las naciones; no tengas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad.
Volverán al atardecer, ladrarán como perros y rodearán la ciudad.
He aquí proferirán con su boca; espadas hay en sus labios, porque dicen: ¿Quién oye?
Mas tú, Jehová, te reirás de ellos; te burlarás de todas las naciones.
A causa de su fuerza esperaré yo en ti porque Dios es mi defensa.
Mi Dios, en su misericordia, irá delante de mí. Dios me hará ver a mis enemigos.
No los mates, para que mi pueblo no olvide; hazlos vagar con tu poder y abátelos, oh Señor, escudo nuestro.
Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios, sean ellos presos en su soberbia, y por la maldición y mentira que profieren.
Acábalos con furor; acábalos para que no existan más, y sepan que Dios gobierna en Jacob hasta los confines de la tierra.
Vuelvan, pues, al atardecer, y ladren como perros y rodeen la ciudad.
Anden ellos errantes para buscar qué comer; y si no se sacian, murmuran.
Pero yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana tu misericordia, porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia.
Oh fortaleza mía, a ti cantaré alabanzas, porque eres, Dios, mi amparo, mi Dios de misericordia.