Es la historia de su propia familia la que Ella Dreyfus reconstruye en su documental. Una historia sobre la cual se tendió un manto de silencio en su hogar judío en Sídney, Australia. Durante mucho tiempo, Dreyfus no supo casi nada sobre ella. Con “Dreyfus Drei” (Tres Dreyfus), se lanzó a la búsqueda de su propia identidad, en el acto valeroso de mirar hacia atrás.

Huida a Australia, en un barco británico

El punto de partida de la película es la huida de la Alemania nazi de los hermanos Richard y George Dreyfus, el padre y el tío de Ella, en mayo de 1939, pocos meses antes de la invasión alemana a Polonia, y, con ella, del inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Para los judíos, la vida en Alemania en ese momento se había vuelto imposible. Eran perseguidos y se les destruían sus medios de sustento. Los hermanos Dreyfus llegaron a Melbourne, Australia, en un barco del Imperio británico para el transporte de niños.

Al contrario de la mayoría de los niños que sobrevivieron al Holocausto, los hermanos Dreyfus tuvieron suerte: sus padres, Hilde y Alfred Dreyfus, también lograron escapar hacia Australia en 1940.

El padre de Ella Dreyfus, Richard, halló consuelo en los ritos y tradiciones judíos en su nuevo hogar, Australia. Pero jamás habló sobre su infancia en las ciudades alemanas de Wuppertal y Berlín.

“Mi padre nunca nos contó sobre su origen alemán. No teníamos una historia familiar, ni recetas heredadas, ni canciones infantiles o fotos, y no tuvimos acceso en absoluto a su vida anterior en Wuppertal o Berlín”, cuenta la artista, en entrevista con DW.

“Creo que a los veintitantos años dejé de preguntarle, y acepté su tristeza y su silencio”, recuerda. Nunca habló con su padre sobre el pasado de la familia. Fue en la escuela donde se enteró de los crímenes del régimen nazi en Alemania, y de la persecución y asesinato de los judíos europeos.

En busca de sus raíces alemanas: Ella Dreyfus en Berlín. | Foto: Ute Freund

El trauma intergeneracional del Holocausto

Luego del fallecimiento de su padre, en 1998, Ella Dreyfus pensó por primera vez en viajar a Alemania. “Cuando él todavía vivía, no lo pensé, tal vez porque, inconscientemente, quería protegerlo”, dice a DW.

Debido al trauma intergeneracional del Holocausto y al silencio de su padre, desarrolló un miedo indeterminado a todo lo que tuviera que ver con Alemania. Por momentos, sufría de pesadillas que tenían que ver con el Holocausto, con la violencia.

Finalmente, logró superar su miedo. Viajó varias veces a Alemania, la más reciente, para filmar su documental. Pero el viaje representa un desafío: “De día, cuando estoy en Alemania, experimento a veces un terror inexplicable que sacude mi cuerpo”, explica.

Un tono de voz, un andén o un callejón pueden desatar el pánico. También los hechos con los que se enfrentó mientras realizaba la investigación para su película fueron motivo de dolor. De ese modo, Ella Dreyfus supo que sus bisabuelos habían sido asesinados en campos de concentración alemanes.

Ella Dreyfus durante los preparativos de sus instalaciones artísticas en fieltro. | Foto: Ute Freund

Experiencias dolorosas

En las redes sociales, la artista cuenta, además, sobre una visita al Monumento Conmemorativo de la Deportación de Judíos a Auschwitz, en Wiesbaden. Allí, tuvo la impresión de que las jóvenes generaciones ya no saben suficiente sobre el Holocausto ni sobre los monumentos de homenaje a las víctimas de la Alemania nazi.

Para reavivar el recuerdo, Ella Dreyfus realizó una serie de instalaciones artísticas a lo largo de su viaje, en las que pegó adhesivos con los nombres de los miembros de su familia y su identidad judía en lugares públicos.

Construyendo puentes con el arte

El motor de sus obras es “construir puentes entre el pasado traumático de los judíos europeos y el deseo de que el público tenga nuevos encuentros con él, a través de prácticas artísticas contemporáneas”, señala Ella Dreyfus, que, conjuntamente con su actividad como artista, también ejerce la docencia en la National Art School de Sídney.

Afiche del documental "Dreyfus Drei", con Ella Dreyfus y su primo Jonathan Dreyfus. | Foto: Dreyfus Drei

En definitiva, el objetivo es “traer el nombre de nuestras familias y nuestra identidad judía de vuelta a Alemania, para exigir que sean devueltos al territorio que les corresponde, en el cual fueron destruidos”, dice.

Su documental también está concebido para que el diálogo con las nuevas generaciones les permita a estas confrontarse conscientemente con el trauma vivido y las anime a que también descubran su vida judía en Alemania, subraya la autora.

Reconquistar la identidad alemana y regresar a Alemania: eso es lo que une a los “Tres Dreyfus” en el documental: a Ella, a su tío George Dreyfus y a Jonathan, el hijo de este.

Reconquistar la identidad alemana

George Dreyfus desarrolló, de forma distinta que su hermano Richard, una relación con su país natal a pesar del trauma vivido en la infancia. A partir de 1955, el compositor regresó repetidas veces a Alemania para estudiar y tocar música.

Solo diez años después del final de la guerra, fue uno de los primeros judíos que retornaron del exilio. “Fue parte de la música y la cultura europeas, conservó su idioma, hizo contactos y dio conciertos”, cuenta Ella Dreyfus.

Su hijo Jonathan creció en Melbourne, pero, entretanto, está afincado en Berlín de manera permanente y trabaja como músico y compositor. Como Ella, Jonathan también tiene la doble ciudadanía, australiana y alemana, y no tiene que decidirse por una de sus identidades.

“Dreyfus Drei” se estrenó en Berlín el 29 de octubre de 2021. Este documental nació en el marco del año de la celebración de “1.700 años de vida judía en Alemania”.