Los creyentes religiosos, con el fin de fortalecer su fe y espíritu, pueden realizar distintos rituales o actos en su vida cotidiana, los cuales están comprendidos en la religión como acciones claves en lo que se refiere al culto al que pueden pertenecer.
En el caso de la religión católica o cristiana, una de las prácticas más comunes es la oración, ya que se reconoce como un medio a través del cual se puede conversar con Dios, permitiendo así una conexión directa entre esta figura y sus creyentes.
Acudir a Dios, más en momentos complicados y cuando la vida coloca ciertos obstáculos, es la mejor solución; optar por rezar y leer la siguiente oración abrirá una comunicación para pedir por las súplicas y los ruegos que se desea.
Oración a Jesucristo
Dios misericordioso y amoroso, hoy nos acercamos a ti con corazones humildes y llenos de gratitud por el perdón de la oración. Sabemos que en tu presencia encontramos consuelo, dirección y esperanza.
En este momento, te pedimos que escuches nuestras palabras y ruegos, y que derrames tus gracias sobre nosotros. Reconocemos, oh, señor, que a lo largo de la vida enfrentamos desafíos y alegrías, momentos de triunfo y momentos de tribulación.
Pero en cada instante, sabemos que estás a nuestro lado, dispuesto a escuchar nuestras voces y a responder a nuestras necesidades. Te pedimos, Dios amoroso, que nos des la sabiduría para expresar nuestras peticiones con sinceridad y humildad.
Ayúdanos a poner en tus manos nuestras preocupaciones y anhelos, confiando en que tú conoces nuestros corazones mejor que nosotros mismos.
Padre celestial, te presentamos las preocupaciones que pesan en nuestros corazones (Aquí puede mencionar la petición personal o las de quienes están en tu corazón).
Sabemos que tú eres el Dios que escucha y responde, y confiamos en tu cuidado y provisión. Te pedimos que, a medida que expresamos nuestras palabras y ruegos, nos des la paz que sobrepasa todo entendimiento. Que podamos sentir tu presencia cercana y la certeza de que nuestras oraciones no son en vano.
Dios de la gracia, también te pedimos que nos concedas la paciencia para esperar tu respuesta. Sabemos que tus planes son perfectos y que, en tu tiempo divino, todas las cosas trabajan juntas para nuestro bien. En este momento de oración, declaramos nuestra confianza en tu amor y poder.
Te agradecemos por escuchar nuestras palabras y ruegos, y te pedimos que continúes guiándonos en nuestro viaje espiritual. En el nombre de Jesucristo, quien nos enseñó a orar y nos invitó a acercarnos a ti con confianza, oramos. Amén.