Con el paso del tiempo, algunas personas suelen perder la motivación que alguna vez tuvieron para ir al trabajo, lo cual genera que despertarse cada día para afrontar las responsabilidades se transforme en una exhaustiva tarea.
Ya sea por la carga laboral, estrés, ambiente de trabajo; los motivos que generan esa clase de sensaciones en las personas son variadas. En consecuencia, la gente termina perdiendo la paz espiritual necesaria y pueden tener repercusiones en su salud.
Para los creyentes católicos, una forma de hacerle frente a esa desmotivación es mediante la oración. Acudir a las creencias es una forma de pedir esa calma espiritual que tanto hace falta en esa clase de circunstancias. Además, encomendarse a Dios les permite tener despejada la mente y contar con la claridad necesaria para afrontar la situación.
En ese orden de ideas, la siguiente oración proporciona eso y se enfoca en tener la bendición de recobrar la motivación. Cuando una persona se siente cómoda en su trabajo, se vuelve más proactivo, eficaz, sociable en el ambiente laboral, dedicado y puede explotar al máximo sus virtudes y talentos:
“Amado señor, pongo en tus manos mi trabajo. Hazte cargo de toda la desengaño que estoy sintiendo. En tus manos coloco mis desilusiones del trabajo. Yo te digo, tengo debilidades, y por eso es que hoy decidí reconectarme contigo. Quiero volver a vivir. Quiero estar completamente vivo, despierta en mí una nueva canción.
Dame la sabiduría para enfrentar y vencer cualquier reto que se me ponga al frente, para superar cualquier dificultad laboral, para completar de forma exitosa todas mis tareas, y para que el ambiente con mis colegas sea armonioso y amable. Haz que el trabajo me vaya bien, que las relaciones sean buenas y que mi rendimiento sea el mejor de los mejores. Ayúdame a tener la fuerza para mostrar todas mis habilidades.
Ayúdame a que mi labor sea productiva y que le den el valor que tiene, que todo sea paz, armonía, productividad, y que los jefes valoren este esfuerzo individual y con el grupo de los compañeros de trabajo.
Gran y bondadoso Dios, que yo pueda expresar con melodías hermosas el gozo que das a mi corazón. Entrégame el don de poder avivar mi mente, dota de habilidad mis manos. Bendice mis piernas. Que mi voz sea poderosa, todo para estar a tu servicio señor. Todo esto por trabajar para ti. En este día y siempre. Amén.”